El Mallorca es pura eficacia

Con la victoria de hoy, el Mallorca iguala su mejor inicio liguero de todos los tiempos, un registro que data de la temporada 97-98, la de su último ascenso a Primera, con Héctor Cúper en el banquillo. Prudente siempre, y contundente cuando se le presenta la ocasión, el conjunto de Caparrós se impuso a un Valencia que desperdició sus opciones y no fue capaz de convertir en gol ni uno solo de sus más de veinte disparos.

Pura eficacia, el Mallorca aprovechó en cambio su primera ocasión, propiciada por una precipitada cobertura de Rami. Tras superar al central francés, Hemed se revolvió y colocó el balón a media altura para Víctor. La volea del mallorquín se le escurrió a Alves por debajo del cuerpo. El gol, y una sustitución obligada, cambiaron el signo del partido. Javi Márquez cayó lesionado tras un choque con Valdez y, con la entrada de Joao Víctor, el Mallorca vio cómo se diluía un centro del campo que hasta entonces había ganado la partida a la pareja de circunstancias formada por Tino Costa y Parejo. El cambio, sinónimo de menos creatividad y mayor solidez, redundó en la tendencia natural del Mallorca a dar un paso atrás cuando el marcador le es favorable. Con demasiados minutos por delante, Caparrós retrasó la línea de presión a la altura del círculo central y, desde el tramo final de la primera parte, el Valencia se dispuso al asalto.

El plan del Mallorca presentaba otro punto débil, y es que, sin Nunes al mando, a la defensa balear todavía le falta coordinación y finura. Con cada andanada valencianista, se generaba en la frontal del área un fenomenal colapso de jugadores. Por derecha, Ximo tenía serios problemas para frenar a Viera. Para alivio local, el descanso llegó cuando el Valencia había hecho méritos más que suficientes para lograr la igualada. Quien más cerca anduvo fue Valdez, que estrelló en el larguero un potente remate de cabeza.

El gol del Valencia parecía una simple cuestión de tiempo, pero Caparrós se la jugó en la reanudación con un doble cambio que le salió de perlas. Entraron Alfaro y Arizmendi, y el delantero madrileño -fichaje solicitado por el técnico y que debutaba hoy en Son Moix- no tardó ni treinta segundos en agujerear la red de Alves. Al galope, controló un balón largo de Aouate hábilmente peinado por Víctor, y cruzó un fuerte disparo para situar un inesperado 2-0 en el marcador. 

Desnortado, el Valencia volvió a rondar el gol en una clarísima ocasión a balón parado. Álvarez Izquierdo pitó una discutible cesión de Geromel al portero y todo el Mallorca se apretujó sobre la línea de gol para despejar el disparo a bocajarro de Tino Costa. La pelota salió despedida tras golpear en la cara a Conceiçao. La jugada resumió la impotencia valencianista durante todo el encuentro y anticipó todo un carrusel de oportunidades que se verían desbaratadas por Aouate. Ante Soldado primero, y frente a Guardado y Jonas después, el meta israelí tapó con las manoplas los huecos que se abrieron en la zaga balear. No le faltó juego al Valencia, sino puntería, para tumbar a un rival que supo completar su buena suerte con una actuación solvente. El Mallorca de Caparrós anda con paso firme entre los mejores de la Liga.