El Madrid camina por la cornisa
El equipo, en plena crisis, recibe al Manchester City obligado a evitar errores en el grupo más duro
Los arcanos del calendario, los azares del sorteo y el desencuentro entre la plantilla y su mánager han situado al Madrid al filo de la cornisa. Un paso más en falso, el sábado que viene en Vallecas, por ejemplo, y la Liga dependerá del Barcelona. Un tropiezo hoy y la temporada comenzará a transformarse en lo más parecido a una caída libre.
La Liga de Campeones es la prioridad absoluta de una sociedad identificada como ninguna otra con el torneo. La décima es el título que añora la hinchada y que exige su presidente, Florentino Pérez, cuyo programa para el año próximo prevé unas elecciones. Los festejos de la Liga se olvidaron pronto, fuera y dentro de un club insatisfecho que palpita por la Champions. Las tristezas, las crisis, serán coyunturales o crónicas dependiendo de lo que ocurra esta noche en el Bernabéu, adonde llega el campeón inglés, el Manchester City, para abrir las confrontaciones del Grupo D, el que reúne los equipos más potentes; el que, más que ninguno, amenaza con penalizar cualquier descuido con la eliminación.
El partido obliga al Madrid a reagruparse en plena convulsión. José Mourinho, el mánager, hizo algo insólito el sábado pasado en Sevilla, cuando confesó sentir que no tenía equipo. La declaración sonó a capitulación, a denuncia de sedición. Mourinho habló como esos entrenadores que sienten que están fuera. A punto de ser despedidos. Sus jugadores no interpretaron sus palabras como una fórmula para estimularlos, sino como un gesto más hacia la ruptura de los códigos de convivencia que han mantenido unido al vestuario a lo largo del último año.
“Mañana [por hoy] sí tendré equipo", aseguró con rotundidad Mourinho ayer, otra vez en una conferencia de prensa. Una a una, el técnico enumeró las virtudes que ha echado en falta últimamente y que está convencido de que aflorarán ante el City: “Será un once compacto, solidario, en el que el equipo es lo más importante, en el que todos quieren ayudar a todos. Nos podrá faltar un poco de tranquilidad, de confianza, de autoestima, más aun cuando vienes de un partido fatal, pero, a nivel de ambición, pienso que vamos a estar a tope”.
Será un once compacto, solidario, en el que el equipo es lo más importante"
El técnico salpicó su discurso de ambigüedades y amenazas veladas. Después de sus palabras, da la impresión de que la alineación de hoy contendrá algunas claves sobre los jugadores que sentenció en Sevilla sin nombrarlos. Aquellos a los que acusó de ser malos profesionales. Serán los que se caigan del próximo once. Estarán marcados.
Mourinho ha vuelto a entregar a su equipo al juicio sumario de la hinchada. Pero el público, seguramente, entenderá que esta noche no cabe más reacción que el apoyo incondicional. Espera el City, el poderoso rey de Inglaterra. Luego, el Ajax en Ámsterdam. Luego, el City en Manchester. Y el Borussia en Dortmund... Un paso en falso y... adiós décima.
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