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Leo se supera a sí mismo cada partido

El argentino empieza de suplente, marca dos goles y suma 61 en lo que va del año 2012

L. J. M.
Lacen trata de derribar a Messi durante el partido.
Lacen trata de derribar a Messi durante el partido. Andres Kudacki (AP)

Sentado entre Mascherano y Villa en el banquillo del Alfonso Pérez de Getafe, Leonel Messi se carcajeaba poco después del gol de Adriano, el primero de la noche en la que el argentino batió su propia marca goleadora en un año natural: lleva 61 en el 2012, uno más que los marcados en el triunfal año 2010. Está feliz y se le nota. A punto de ser padre, el de Rosario se superó ayer a sí mismo. Contra él compite: por encima de su cabeza, sólo queda el cielo.

Se plantó el Barça en Getafe con 10 canteranos y el argentino en el banquillo, puro lujo asiático al inicio del duelo, con Villa, Mascherano, Song y Deulofeu, además de Leo, vestidos de chandal. La ausencia de Leo justificó la de Alves: “Busqué el equipo más fresco", dijo Tito Vilanova al término del encuentro. El entrenador de Girona, que conoce bien al argentino, habló con el 10 el sábado tras el entrenamiento y le explicó por qué ayer no jugaría. Venía el argentino zurrado del duelo contra Perú, clasificatorio sudamericano para el Mundial 2014, donde sufrió una patada tras otra. Y el calendario se carga. “Podría haber jugado, pero pensé que con el partido más abierto podría ser decisivo al final”, justificó Vilanova. Fue decisivo, claro, como suele ser costumbre.

La última vez que Messi no apareció en la alineación titular del Barcelona fue hace un año, el 10 de septiembre del 2011, la cuando empezó sentado en el banco el partido en Anoeta contra la Real Sociedad. Entonces, también acabó en el campo. A diferencia de aquel día, esta vez ganó el Barça y él marcó dos goles.

Messi la lió nada más aparecer. Primero, provocando una tarjeta y al poco, un penalti de Torres que no se pitó. Le entró la risa. Al poco, transformó en gol un penalti sobre Pedro y sin resuello, empujó el servicio de Montoya, titular, para firmar el tercero de la noche. Hacía tres años que no marcaba saliendo de suplente fuera del Camp Nou y fue, precisamente, en Getafe. Lleva 8 goles este curso, 6 en Liga.

Messi celebró casi con más alegría el gol de Villa, que dedicó a su tercer hijo que nacerá en febrero, el cuarto del equipo, que los suyos. Sabe que el Guaje los necesita. “Se trata de ir recuperando sensaciones y para un delantero la mejor sensacion es el gol”, dijo el asturiano, que se confesó “contento”. Y añadió: “Poco a poco se hace el camino. Si me dicen que llevo dos goles este año a estas alturas no me lo creo”, añadió, antes de explicar que al final del partido Fábregas sintió cierta sensación de mareo cuando se le acercó a darle una cariñosa colleja de felicitación. “Me ha gustado más de interior que de nueve”, elogió el técnico al de Arenys, como hizo con Thiago. “Es un jugador muy desequilibrante, que llevaba mucho fuera y ha jugado un gran partido”.

Ya lo dijo Luis García, el entrenador del Getafe: “Al final, da igual: sale Messi y te la lía en dos arrancadas”. Ni más ni menos.

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Sobre la firma

L. J. M.
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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