“Me han ofrecido jugar con Georgia”

Después de militar desde los 18 años en Primera División, campeón de la Liga y la Copa de la UEFA con el Valencia de Rafa Benítez —también jugó en el Tenerife, Recreativo, Betis y Levante—, Xisco Muñoz (Manacor, 1980) decidió recuperar el impulso aventurero y las ganas de conocer mundo que se le despertaron tras una gira con el conjunto valencianista por Japón. “Eran muchos años en Primera y el cuerpo me pedía algo diferente, conocer otro fútbol y otras culturas. Me apetecía Asia, pero me salió el Dinamo de Tblisi. Mi pareja me apoyó y no me arrepiento. Es lo que buscaba”, recuerda el extremo.

Hace año y medio aterrizó en Tblisi, donde juega con otros tres españoles, Mikel Álvaro, Carles Coto y Albert Yagüe. Desde entonces, no para de sorprenderse y de felicitarse por el destino escogido. “Si hasta me han ofrecido jugar con Georgia, pero no sé qué hacer, me siento español, aunque si me decido a jugar con ellos sería como agradecimiento al trato que han dado desde el primer día que llegué”. Le ha calado el sentimiento de solidaridad que la guerra con Rusia de tan solo cuatro años atrás ha desarrollado entre los georgianos: “Son gente muy noble, aquí lo han pasado mal, Rusia era un país muy grande y lucharon por defender su cultura, sus costumbres y su país. El invierno aquí es duro y hasta hace poco había gente que no tenía calefacción, luz o agua. Mis compañeros, y el utilero, que estuvo en el frente, me cuentan lo que supuso esa guerra. Son gente que te lo dan todo, aunque sea muy poco lo que tienen. Hay gente que vive con 150 euros al mes en economía de subsistencia, con alimentos básicos. He aprendido que el yo, yo, yo, es un gran error. Los georgianos trabajan para crecer como país y en año y medio he visto sus progresos”.

Hace año y medio aterrizó en Tblisi, donde juega con otros tres españoles, Mikel Álvaro, Carles Coto y Albert Yagüe

Xisco aún narra a carcajada profunda las anécdotas de su aterrizaje. “Mi mujer y yo nos metimos en un banco para reservar una habitación de hotel”, cuenta sin olvidar la primera vez que pidió para desayunar pan, aceite y un tomate: “El camarero se quedó esperando a ver qué es lo que íbamos a hacer con un trozo de pan y un tomate”.

Sobre lo que se encontrará España, Xisco resalta la modernidad del estadio y “el buen estado del césped”. Futbolísticamente dice que a España le espera un rival “muy físico, rápido arriba”, pero “con un bagaje táctico muy inferior” al español. “Aquí aún no le dan mucha importancia a las jugadas a balón parado o a los espacios”, prosigue. Con todo, avisa: “Van a ser muy competitivos. Dependerá de cuándo marque España el primer gol. Van a estar muy enchufados porque para ellos es un privilegio jugar contra Xavi, Iniesta o Casillas y cuando juegan para su país lo dan todo”.

Con año y medio más de contrato, la siguiente aspiración de Xisco es ser entrenador: “Benítez es mi referencia. Explicaba el porqué de cada acción o cada posición que te hacía ocupar”.