Gilbert caza un ‘sprint’ a distancia

El esfuerzo se dejó para el final. La decimonovena etapa de la Vuelta se desarrolló relajada por tierras segovianas, hasta que el pelotón llegó a 15 kilómetros para el final, cuando el equipo Katusha de Purito se lanzó por las calles de Segovia, por entre el Acueducto y el Alcázar. Se enganchó, con las fuerzas reservadas en los 175 kilómetros anteriores, una veintena de corredores entre los que destacó el belga Philippe Gilbert (BMC), con un poderoso ataque a más de medio kilómetro de la meta, que fundió al que todos esperan en estos finales, el alemán Degenkolb (Argos). Se desfondó el sprinter por antonomasia porque el final de hoy no fue un sprint al uso, sino una larga cuesta de la que sacó partido el corredor más heterodoxo, que ni es sprinter ni escalador , y que ya ganó en la novena etapa. Un final que permitió que Valverde, poco dado al arreón final, acabase segundo, y Purito cuarto, todos con el mismo tiempo, 4h 56m 25s. Tres segundos antes que Contador, undécimo, que dejó hacer a Valverde al final porque sabe que esta Vuelta la tiene controlada. El de Pinto se mantiene líder a 1m 35s de Valverde, quien con las bonificaciones de hoy le ha recortado 17 segundos.

La de hoy fue una etapa relajada para todos menos para José Vicente Toribio, del Andalucía, y Aitor Galdós, del Caja Rural, que apretaron desde el segundo kilómetro. Para el 32 ya llevaban 10 minutos de ventaja, demasiados para el pelotón, que previendo un final al sprint decidió no dejar fuera de control a los fugados. Los equipos de los velocistas Degenkolb (Argos) y Bennati (Radioshack) se pusieron en faena lánguidos, constantes, recortando hasta atrapar a los dos atrevidos. Dos valientes que tras más de 150 kilómetros de fuga se dieron la mano cuando el grupo les absorbió a 28 kilómetros de la meta.

Toribio y Galdós ni siquiera pudieron agenciarse los puntos de la Cruz del Hierro, un puerto coronado codo a codo. Uno que daría las bonificaciones de uno de tercera categoría si no hubiese entrado en el mapa de la Vuelta poco antes de la salida de hoy, cuando los organizadores alteraron el recorrido para evitar una carretera en obras.

La Cruz del Hierro fue el inicio de los repechos, de una carretera sinuosa y estrecha que alargó el pelotón, que sesteó en previsión de lo que se le viene encima mañana, una jornada con tres puertos de primera categoría, uno de segunda y una llegada en alto de categoría especial, la Bola del Mundo de la sierra madrileña, el punto final de una Vuelta especialmente dura.

La etapa se desarrolló tranquila porque el liderato, ese que Purito llegó a mantener por un segundo, una vez que ha cambiado de dueño, ya no peligra. Porque Purito y Valverde –de Froome ya poco se sabe- parecen haberse dado por vencidos ante la gesta de Contador en Fuente Dé. El jersey rojo se camufló en el anonimato del grupo, a la espera de entronarse. No peligró hoy su ventaja sobre Valverde, sus dos y medio sobre Purito. Los cálculos y los ataques quedan para mañana.

1ª etapa: Castroviejo, oreja y rabo

2ª etapa: El chupinazo alemán

3ª etapa: El contador se pone en marcha

4ª etapa: Un abanico tormentoso

5ª etapa: El indomable Degenkolb

6ª etapa: Froome le tira el guante a Contador

7ª etapa: Degenkolb, coleccionista de víctimas

8ª etapa: Supersónico Valverde

9ª etapa: Purito asalta Montjuïc

10ª etapa: Pensando en el tictac

11ª etapa: Una contrarreloj muy electoral

12ª etapa: Dos reyes en la cuesta del martirio

13ª etapa: Golpe de Estado a la dictadura

14ª etapa: Purito, la mosca de Contador

15ª etapa: Entre puros y piedras

16ª etapa: El misterio de la Cobertoria

17ª etapa: Contador, un romántico enloquecido

18ª etapa: El viento o la vida