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Una defensa de alto voltaje

Los jugadores, que escucharon a AC/DC camino del estadio, resaltan la agresividad atrás

Jordi Quixano
Falcao celebra uno de los goles ante el Chelsea.
Falcao celebra uno de los goles ante el Chelsea.VALERY HACHE (AFP)

Nada más salir del hotel y subirse al autobús camino del estadio Louis II, Juanfran, habitual dj del vestuario del Atlético, puso el cd a todo volumen. Atronaban las canciones rockeras de AC/DC al tiempo que los jugadores y el cuerpo técnico gritaban y aporreaban los cristales para recompensar los vítores que le lanzaban los miles de aficionados en la capital monegasca. “Fue genial”, admitió El Cebolla Rodríguez; “¡hasta el conductor le daba golpes a la ventana!”. Emre lo aprobó: “Muy divertido y útil porque nos ha dado ánimos para afrontar la Supercopa”. Fue una terapia de grupo, una forma de unir e incentivar a los futbolistas que luego pisarían el césped, exigidos a jugar de la mano para ningunear el fútbol del campeón de la Champions, el Chelsea. “Encontramos la estrategia, salió el plan y firmamos un partido histórico”, reconoció Simeone, exultante porque sus dos sesiones de vídeo y horas de charlas dieron fruto.

¡Hasta el conductor le daba golpes a la ventana! 'Cebolla' Rodríguez

“El plan pasaba por cerrar por dentro para que jugaran por fuera, donde no se sienten tan cómodos. Y luego, esforzarnos en que no se diera su juego de entrelíneas”, desveló Mario Suárez. “Sí”, se sumó Emre; “se trataba de parar a Hazard y a Mata porque son muy peligrosos con espacio y tiempo”. El mediapunta blue Oscar aceptó la realidad: “Trabajaron muy bien y sin parar, por lo que no nos dieron muchas opciones en el pase”. Y se apuntó a la teoría Mata: “Nos ha resultado muy difícil pasarnos el balón porque nos han esperado atrás, no dejaban huecos, y luego han salido al contragolpe y nos ha sido imposible pararles”. Los datos lo aclaran: mientras el Chelsea hizo 92 pases malos y recuperó 65 balones, el Atlético se quedó en 76 pases defectuosos y 71 recuperaciones.

Se explayó Simeone: “En defensa, debíamos intentar que el Chelsea no generara velocidad en su juego, por lo que debíamos encimar a Hazard y Lampard. Además, con Koke alargábamos la línea de la presión y Torres quedaba aislado”. Y añadió: “En ataque, teníamos que ganar la espalda de Mikel y Lampard para que ellos marcaran en línea y nos dejaran un hueco para los desmarques de Falcao. Y, además, Adrián tenía que buscarle las cosquillas a Ivanovic, un central reconvertido que podía tener problemas con el desborde y velocidad de Adrián”. Lo ratificó el 7: “El Cholo me dijo que tapara las subidas del lateral y que, sobre todo, atacara por fuera”. Les salió de rechupete porque con media parte les alcanzó para ganar la Supercopa.

Han estado mejor y punto. Hay que aceptarlo” Oriol Romeu

Pero para los futbolistas del Atlético, nada hubiera sido posible sin el desempeño de todos, sin formar un grupo y una unión como la creada en el autobús horas antes. “Se trataba de ser muy agresivos, de jugar como un bloque”, reveló Filipe Luis. “El trabajo táctico fue espectacular. Pero también fue porque fuimos todos a una y quisimos ganar el partido, como si cada pelota fuera la última”, expuso Godín. Lo ratificó El Cebolla: “Sí, sabíamos que si ellos jugaban lo pasaríamos mal, por lo que no podíamos dejar de luchar y entender cada balón dividido como una oportunidad”. Les funcionó de maravilla y al Chelsea no le quedó otra que reconocer la superioridad del adversario. “Han estado mejor y punto. Hay que aceptarlo”, expresó Oriol Romeu. “Jugaron mejor y se merecieron la victoria. Sin excusas”, admitió Ramires. Fue el triunfo del Atlético, un grupo de rock duro.

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