Modric contra la depresión del Madrid
El equipo blanco sufre ante defensas cerradas y busca una solución con el fichaje del croata
Los jugadores del Madrid lo dicen desde hace tiempo. Opinan que el vestuario soporta una presión que ninguno había conocido en toda su carrera. Cuando les preguntan exactamente a qué se refieren, señalan a su entrenador, José Mourinho, cuyo régimen de premios y castigos ha servido para estimular al equipo hasta el límite de la tensión nerviosa. El método, eficaz para infundir un espíritu aguerrido en la tropa, ha estragado a la larga a buena parte de la plantilla. El título de Liga tuvo un efecto sedante. Tras lograr el objetivo, el sentimiento de unión parece difuminado. “Por una Liga no nos vamos a morir de gloria”, dijo un futbolista ayer, “pero aquí falta afinidad”. La ausencia de Pepe en los dos últimos partidos no ha contribuido a alejar el riesgo de la depresión. El partido de Getafe, perdido, exhibió los peores síntomas.
Aseguran fuentes próximas a la directiva madridista que la operación del fichaje de Luka Modric se cerró tras la derrota del domingo, al filo de la madrugada, como si Florentino Pérez buscase con ahínco un remedio para lo que acababa de ver en el campo. Súbitamente, el Madrid aceptó firmar las condiciones que le ponía el Tottenham en relación al pago. El club inglés exigió cerrar la venta en libras esterlinas porque prevé una depreciación del euro en los próximos años y el abono se ejecutará en plazos anuales. Ahora el Madrid corre un riesgo cierto de pagar más de lo que calculaba. En el mejor de los escenarios políticos, un empleado del club piensa que todo se cerrará a cambio de 35 millones de euros más siete por objetivos.
Mourinho solicitó fundamentalmente el fichaje de Modric porque considera que su habilidad para el regate y su sentido del pase pueden brindar a su equipo eso que colectivamente tiene dificultades para lograr. El técnico cree que el croata le será útil en noches como la de Getafe, en esas segundas partes de partidos tantas veces repetidos para este Madrid que, de pronto, se ha visto percutiendo sin ideas contra defensas cerradas en caja.
El pago en libras que exige el Tottenham puede encarecer la operación
Mourinho ya sabe que su equipo no está suficientemente preparado para generar espacios en el llamado ataque estático. Esto lo conocen el entrenador y los jugadores desde que trabajan juntos. Lo que resulta novedoso es la falta de concentración de las últimas semanas. La llama del fervor defensivo parece apagada por momentos. Y eso es algo que no depende de otros factores tanto como de la disposición de ánimo. “El problema no es ni físico ni futbolístico”, declaró Mourinho en Getafe. Además, advirtió que no había hablado con sus jugadores porque lo dejaría para más tarde. Ayer, esa charla no se había producido aún, según fuentes del vestuario. Los futbolistas, molestos tras una conferencia de prensa en la que sienten que se quitó toda la responsabilidad, aseguran que su jefe no tiene mucho que decirles. Mourinho, comentan, ya sabe que hay demasiados que están cansados de sus “politiqueos” y que “los problemas futbolísticos” que no se han resulto en dos años ya no tienen solución.
El pago en libras que exige el Tottenham puede encarecer la operación
“Mourinho dice que no tiene la culpa de nada”, observó un jugador; “en el Camp Nou dijo lo mismo. Al contragolpe, a balón parado, rematando desde fuera del área, para organizar la defensa… Para eso sí vale. Para lo que no ha ofrecido más soluciones es para que encontremos ventajas con la posesión del balón. Como no trabajamos los movimientos en conjunto, cuando los contrarios se cierran y nos esperan, acabamos ocupando los mismos espacios, estorbándonos nosotros mismos. No sabemos ni lo que hacemos”.
Como en el inicio de la temporada pasada, en el Madrid vuelven a cundir las dudas y la desconfianza. Puesto que el estilo de juego está definido, para bien y para mal, solo queda esperar que aparezcan las individualidades de siempre y saquen al proyecto fuera del barrizal. Modric, fichado como un antídoto contra el veneno futbolístico y espiritual, ya tiene una misión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.