La audacia aúpa al Rayo
La táctica valiente del equipo madrileño acaba con un Betis desfondado y sin centro del campo
Alejado de los focos, con un técnico valiente y un grupo de jugadores de poco nombre, pero con mucha hambre, el Rayo de Paco Jémez ofreció en el feudo del Betis una disertación de fútbol atrevido, asentado en una defensa de tres que provocó un retroceso en el tiempo, hasta finales de los años 80 y principios de los 90, cuando Johan Cruyff empezó a revolucionar el fútbol del Barcelona. Jémez, consciente de que el Betis es un equipo también bonito, que juega con dos extremos y desprotege con frecuencia su centro del campo, sorprendió a Pepe Mel. Con desparpajo y buen fútbol, fue mejor durante la mayor parte de un partido eléctrico, de ida y vuelta constantes, muy divertido.
Le faltó al conjunto madrileño eficacia para apuntillar mucho antes a un Betis flojo en la defensa y con un portero endeble: demasiado partido, con momentos de mucho desconcierto en el tramo final y echando de menos a su goleador, Rubén Castro, lesionado. Demostró el Rayo además que tiene cogida la medida al equipo andaluz, al que derrotó la pasada temporada en las dos ocasiones en las que se encontraron frente a frente. Tiene mucho mérito lo que hace el Rayo, que ha perdido a dos jugadores importantes, como Michu y Diego Costa.
La táctica inteligente del Rayo solo tenía un problema. Sus jugadores no disponen de la calidad de los de aquel Barcelona de Cruyff en la definición. Por eso la amplia superioridad madrileña en el centro del campo, donde Cañas y Beñat se sintieron impotentes para tapar tanta combinación entre sus rivales, solo se tradujo en el primer tiempo en un estupendo gol a los dos minutos, con una aparición fulgurante de un futbolista interesante, Leo, de la cantera vallecana y con calidad a raudales. Piti anotó a puerta vacía, aunque tanto arrojo por delante se frustró en un remate de Jorge Molina a falta de Beñat que supuso un rápido empate.
Los béticos, con Beñat muy tapado, fueron dominados por los vallecanos
En un partido sin defensas, el Betis y el Rayo calcaron sus virtudes y sus defectos. Mucho mejor del centro del campo en adelante que atrás, con dos zagas de plastilina. Piti envió un terrorífico disparo al larguero y rápidamente le respondió Beñat con un gran remate de cabeza a la madera. Sí existió un atisbo de superioridad en el Rayo, que remató más y con peligro, mientras el Betis, confuso, sin el balón, perdido Beñat en el bosque de sus rivales, sufrió además con la lesión de Paulão, su único hombre fuerte en la defensa. Ante un Rayo sin laterales, jugar con extremos fue un atraso para el Betis, demasiado abierto, muy vulnerable.
Intentó ajustar líneas el conjunto bético y dispuso de una gran ocasión por medio de Agra, pero el mando del partido era del Rayo, conducido por un magnífico Leo, que anotó el segundo gol en una gran acción individual. Ayudado, eso sí, por Chica y el portero Fabricio, nervioso y alocado todo el partido. Dominó el Rayo ante un Betis roto, en el que Mel hizo una mala lectura en los cambios, con algunos jugadores muy bajos tanto en aspectos tácticos como técnicos. Tampoco brilló Beñat, con demasiado terreno por cubrir y solo referente durante la primera media hora del partido.
BETIS, 1-RAYO VALLECANO, 2
Betis: Fabricio; Chica, Paulão (Amaya, m. 46), Dorado, Nacho; Agra (Campbell, m. 69), Cañas, Beñat, Juan Carlos (Pozuelo, m. 58); Pereira y Jorge Molina. No utilizados: Casto; Nelson, Nono y Salva Sevilla.
Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Amat, Casado; Javi Fuego, Adrián; Piti (Delibasic, m. 75), Trashorras, José Carlos (Lass, m. 50); Leo (Gálvez, m. 65) y Bille. No utilizados: Ismael; Sueliton, Labaka y Chori.
Goles: 0-1. M. 2. Piti. 1-1. M. 4. Jorge Molina. 1-2. M. 62. Leo.
Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Agra, Casado, Tito, Beñat, Piti, Pereira, Nacho, Amat, Jorge Molina y Rubén.
Unos 35.000 espectadores en el estadio Benito Villamarín.
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