Antología de una derrota

El Madrid ganó la pasada Liga con un récord de puntuación (100) después de empatar cuatro partidos (Valencia, Málaga, Villarreal y Racing) y perder dos (Levente y Barça), uno menos que el Barcelona. El título no se resolvió por los enfrentamientos directos entre los blancos y los azulgrana (1-3 en el Bernabéu y 1-2 en el Camp Nou), sino por los puntos que los barcelonistas concedieron en los demás encuentros: empataron siete (Sevilla, Valencia, Athletic, Real Sociedad, Betis, Espanyol y Villarreal) y fueron derrotados en tres (Madrid, Getafe y Osasuna). Al Barça todavía le escuece hoy el recuerdo del duelo de Pamplona.

El triunfo de Osasuna señaló a Guardiola y también a los centrales, Puyol y Piqué

El encuentro en el estadio Reyno de Navarra resumió la temporada del Barcelona. A Pep Guardiola se le reprochó que alineara a Mascherano, Thiago y Sergi Roberto en la línea divisoria, circunstancia que se utilizó para explicar el resultado (3-2), y respondió que su equipo jugó una de las mejores segundas partes que recordaba después de recurrir a Cuenca y Tello. La derrota señaló al técnico y también a los centrales, Puyol y Piqué. Lekic marcó dos goles y, después de que Alexis redujera distancias en la reanudación, Raúl García volvió a poner dos tantos de diferencia. El 3-2 de Tello fue intrascendente.

Aquel revés simbolizó de alguna manera la rendición del Barcelona, incapaz de seguir el ritmo del Madrid y de corregirse a tiempo, desacertado a veces con las rotaciones, excesivamente exigido desde el inicio por las Supercopas y el Mundial de clubes, víctima de determinadas actitudes individuales. Uno de los futbolistas más discutidos fue Piqué, figura el jueves contra el Madrid. “El curso pasado me comí mucha mierda”, sintetizó el central a Barça TV después de la ida de la Supercopa. El partido con el Madrid (3-2) y el estreno liguero ante la Real (5-1) han animado a los azulgrana. La reconquista de la Liga pasa por no caer en errores pasados, como ante Osasuna.

Hay un peligro añadido para los azulgrana: el juego de estrategia del adversario

“Los jugadores ya están advertidos de sobra, saben a qué campo van, son los primeros que recuerdan que la temporada pasada nos dejamos allí una parte importante de la Liga”, afirmó ayer Vilanova. “La derrota nos hizo ver que iba a ser muy difícil ganar el título”, añadió; “yo diría que es uno de los campos más difíciles porque tienes a la gente muy encima y el equipo de Mendilibar no te espera, sino que te viene a buscar”. Hay un peligro añadido para el Barça y es el juego de estrategia de Osasuna, fuerte a balón parado, una de las debilidades azulgrana, circunstancia que seguramente obligará a reparar en Valdés, cuestionado después del segundo gol que concedió al Madrid.

“Me sorprende que se esté dudando de Víctor”, dijo ayer el entrenador barcelonista. “Le he visto muy bien en el entrenamiento porque tiene un carácter fuerte mentalmente”, prosiguió; “para mí, es el mejor portero del mundo. Si este club tiene cuatro Champions, él ha sido decisivo en tres”.

Vilanova y sus jugadores han salido unánimemente en defensa de Valdés, uno de los capitanes, junto con Puyol, Xavi e Iniesta. “Es el mejor portero que puede tener el Barcelona”, terció Xavi. Nadie duda de la titularidad del meta. Vilanova volverá posiblemente a retocar la formación y una de las novedades sería Cesc, titular contra la Real. El de Arenys se alterna con Xavi e Iniesta como volante y, de momento, no ha actuado como delantero o falso nueve. El entrenador confía en Messi y en extremos puros como Tello. “No es verdad que se planteara su posible salida”, comentó respecto a este. “Es un jugador especial por sus características. Aunque es joven y tiene cosas que mejorar, en el uno contra uno hay pocos a su nivel. No hay duda de que es un futbolista para la primera plantilla”. También se podría producir hoy el debut del centrocampista camerunés Song. “Su adaptación es rápida”, afirmó Vilanova.

“Los jugadores están advertidos de sobra y saben a qué campo van”, afirma Vilanova

Al técnico azulgrana le merece tanto respeto el partido de esta tarde en Pamplona que incluso viajará con un jugador más “por si se da el caso de que haya algún indispuesto”. Toda precaución parece poca después de la derrota de la temporada pasada. Allí, Guardiola empezó a decir que el Barcelona no iba a ganar la Liga. El encuentro fue un compendio de las distintas vicisitudes del curso, una antología de la derrota: por no haber dado con la alineación, por el comportamiento de algunos jugadores, por la actitud combativa del adversario y también por el mal arbitraje. Escarmentado, Vilanova no quiere que vuelva a pasar lo mismo.