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DESDE MI SILLÓN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Operación Rapitán

Purito se ha quitado con su victoria la espina que mantenía clavada con dolor desde el día de Arrate

Purito Rodríguez cruza la meta.
Purito Rodríguez cruza la meta.FELIX ORDONEZ (REUTERS)

A Purito, en cierto sentido, no le van este tipo de llegadas. En realidad le van muy bien, se adaptan a la perfección a sus cualidades, más aún cuando los porcentajes se acercan a lo imposible. Pero a Purito, como él solía decir, lo que de verdad le van son las cimas míticas. Ahí es donde de verdad se motiva a la hora de inscribir su nombre. Claro que no es cuestión de ir desperdiciando oportunidades, así que una llegada en alto más, una nueva oportunidad de distanciar a los rivales y de luchar por las golosas bonificaciones, era un caramelo que no podía ni desperdiciar ni despreciar.

Por lo tanto, aunque esta llegada del Fuerte de Rapitán, inédita en la Vuelta, y al parecer recomendada por varios de los corredores profesionales que eligen esta zona de Huesca para sus entrenamientos de calidad, no se puede calificar de momento como mítica —aunque no hay que negar que la subida era bonita y el espectáculo que brindaron los corredores fue magnífico—, terminó siendo el escenario ideal para que pasasen varias cosas interesantes.

Por un lado, Purito se quitó la espina que mantenía clavada con dolor desde el día de Arrate. Esprintó hasta la misma línea de meta aunque ninguna sombra le inquietaba. Viendo a la velocidad a la que hizo los últimos 200 metros, no tendría ninguna duda de que ningún corredor le iba a asomar la rueda, pero era mejor no confiarse hasta cruzar la ralla para conjurar así fantasmas del pasado.

Más cosas. Viendo la llegada, me estuve acordando de los 7 minutos de terror del pasado día 7 de Agosto, cuando la sonda Curiosity realizó su maniobra de aterrizaje en la superficie de Marte. Una maniobra perfectamente estudiada y ejecutada con precisión que terminó siendo un éxito y un hito más para la exploración. Salvando las —inmensas, en todos los sentidos— distancias, ayer la Vuelta descubrió un nuevo territorio. No lo cronometré, pero supongo yo que los 3,7 kms de la subida al Rapitán fueron un par de minutos más que esos 7, un detalle sin mucha importancia al carecer de referencias previas. Lo que sí que ocurrió es que la maniobra de lanzamiento del Sky para su líder Froome se ejecutó con una precisión impecable, con Henao y Urán sobresalientes en la tarea. Solo que un pequeño detalle dio al traste con el final del plan; y es que Purito se soldó rocoso a la rueda del británico-keniano, y ya sabemos que en una llegada de este tipo, Purito es mucho Purito. Así que no hubo manera de que Froome llevase a término la Operación Rapitán, aunque para nada se puede considerar que su rendimiento fue un fracaso, todo lo contrario.

No vimos al hiperactivo Contador de Arrate, ni tampoco al que contaba las llegadas en alto en cualquier carrera como victorias

No obstante, el comienzo de toda esta operación fue comandado por el Movistar, con otros dos corredores ejecutando estas primeras fases también de manera sobresaliente, el segundo de ellos mi amigo Beñat. Luego fue Sky quien tomó el mando y el resto ya lo hemos contado. Y lo más sorprendente de todo fue que no vimos al hiperactivo Contador de Arrate, ni tampoco vimos a ese Contador que contaba las llegadas en alto en cualquier carrera como victorias. Al contrario, y sin que el factor sorpresa estuviese presente, Contador no tuvo fuerzas para responder al anunciado ataque final de Froome. El pinteño lo achacó a los calambres y la deshidratación, y manifestó estar contento con el resultado; en Andorra veremos si las aguas vuelven a su cauce.

Y esto fue lo más importante de lo ocurrido en Jaca, en la subida al fuerte. Una subida que, sin ser mítica, pero teniendo a Purito como primer nombre en el palmarés, se postula en la línea de lanzamiento para que en caso de repetirse en otras ocasiones, así se pueda considerar. Aunque sea siempre exagerando un poco y buscando adjetivos para vender el producto, como pasó con el Muro de Montelupone en la Tirreno-Adriático. Pero una vez más, Purito no falló en su terreno y fue quién más provecho sacó del trabajo de sus rivales en la Operación Rapitán. Mi enhorabuena para él.

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