La mejor medalla
La que nos han dado en estos Juegos Olímpicos en Londres ha sido otra lección de compromiso, superación
Lo ha dicho José Manuel Calderón y le damos la razón todos los que formamos parte de este equipo: con estos deportistas ejemplares se puede ir al fin del mundo. Y nosotros tenemos la suerte de que son españoles y visten, verano sí, verano también, nuestra camiseta.
La que nos han dado en estos Juegos Olímpicos en Londres ha sido otra lección de compromiso, superación, espíritu de equipo y generosidad, valores que han hecho grande a esta generación que, por encima incluso de sus numerosas victorias en la pista, va a dejarnos a todos su ejemplo como legado. En el deporte actual de alta competición no es fácil alcanzar el éxito y menos aún si en el momento de la verdad tienes que enfrentarte además a problemas que condicionan tu preparación y rendimiento. Pero nada es imposible si al talento profesional se suma la calidad humana y el convencimiento de que un equipo no se construye simplemente con la suma de las individualidades, sino con un firme e inquebrantable espíritu de identidad colectiva.
Este es el gran triunfo de este equipo, que ha vuelto a llevar al baloncesto español a lo más alto en lo deportivo —otra histórica medalla olímpica—, lo mediático —audiencias millonarias en Televisión Española— y lo social —todo un país volcado e identificado con nuestras estrellas— en esta de nuevo inolvidable experiencia olímpica rubricada con una final que también recordaremos para siempre. Su ejemplo en todos los sentidos es la mejor medalla que se puede colgar un deportista, un equipo y todo un país.
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