“El equipo tiene fuego”
El método innovador de Miki Oca guió a las chicas del waterpolo hacia una plata histórica en su primera participación en unos Juegos Olímpicos
Miguel Ángel Oca Gaica (Madrid, 1970), conocido como Miki Oca, fue miembro del denominado dream team del waterpolo español y desde 2010 es el seleccionador del equipo femenino, medallista de plata en Londres. Algunas de las internacionales absolutas consiguieron previamente el oro en el Campeonato del Mundo júnior de Trieste 2011, prueba de la evolución de un conjunto que con anterioridad dirigió Joan Jané.
Pregunta. Aseguran sus jugadoras que con usted de entrenador no solo aprenden táctica, sino también historia del waterpolo por su condición de campeón olímpico en Atlanta 1996 y subcampeón en Barcelona 1992. Antes de perder la final contra Estados Unidos, incluso llegaron a anunciar que con el aprendizaje recibido alcanzarían el oro sin necesidad de pasar por la plata.
Respuesta. Hay ciertas cosas en la vida que solo se aprenden después de haberlas vivido. Hay que pasar necesariamente por ellas, vivir la experiencia. Yo no les cuento batallitas ni historias de nuestra época. Ocurre que en la mayoría de mis mensajes y en la convivencia diaria siempre van implícitas mis vivencias y experiencias. Yo creo que la plata es un gran logro si tenemos en cuenta que eran sus primeros Juegos y que son un equipo muy joven. Han hecho un muy buen torneo.
P. Asegura también Rafa Aguilar, el director técnico y seleccionador masculino, que el equipo femenino no solo tiene casta, sino también una gran riqueza táctica porque usted es un innovador, capaz de trabajar situaciones del juego que los demás no prevén.
R. Le estoy muy agradecido. El primero que apostó por ello fue él. Me ha ayudado y enseñado mucho y me ha apoyado siempre. La casta, la raza, te da ambición para crecer, pero para ser un buen equipo también hay que saber cómo hacer bien las cosas.
No les cuento batallitas, pero en mis mensajes van implícitas mis vivencias”
P. ¿Podría explicar qué es lo que usted hace para que las cosas salgan bien?
R. El equipo tiene que creer que lo puede hacer bien y después hay que ver cuáles son sus virtudes y sus debilidades para desarrollar mejor el juego. Nosotros contamos con un equipo joven, que no tiene una gran corpulencia ni fortaleza física, de manera que tenemos que basar el juego en una defensa muy activa, de muchas ayudas y colaboración, y atacar de un modo más sereno y controlado, buscando nuestros puntos fuertes.
P. ¿Están las estadounidenses a un nivel superior?
R. Su triunfo no ha sido una cuestión puntual porque ya llevan muchos años en la cumbre, siendo las mejores de las mejores, y han culminado su supremacía con el oro. Es un equipo completo. Tiene veteranía; físicamente, es muy potente; está bien dotado tácticamente y ha hecho un gran trabajo táctico. Son un equipazo.
P. ¿Cómo trabaja el equipo norteamericano?
R. Están concentradas todo el año como equipo nacional. Ya llevan mucho tiempo preparándose, con trabajo acumulado, y han asimilado los sistemas tácticos, algo que les permite una gran variedad defensiva y ofensiva. El suyo es un trabajo continuo, constante, prolongado. Me imagino que van por el mismo camino que Canadá, una selección que cuenta con un grupo de 22 o 23 jugadoras que reciben un sueldo mensual porque trabajan para el equipo nacional, viven de él.
Tienen esa pasión de ir con todo a por algo muy concreto. A partir de ahí se puede construir y crecer"
P. Nada que ver con la situación del suyo.
R. En España es impensable porque no disponemos de medios económicos y, por otra parte, en Europa existe otra manera de funcionar: la cultura de los clubes y de las competiciones nacionales. Hay una Liga de waterpolo. Es en los torneos internacionales cuando intercambiamos información entre los técnicos. Yo intento aprender de ellos, empaparme de los que ya llevan muchos años en el deporte. Todos los que están ahí son muy buenos. También, el norteamericano, con el que me llevo bien.
P. A todos los equipos femeninos los entrenan hombres. ¿Por qué?
R. Sí. No conozco a ninguna mujer al frente de uno de los equipos absolutos que compita internacionalmente. Solo tengo constancia de su presencia en uno júnior de Estados Unidos y creo que también las hay en las categorías inferiores en Holanda. La tendencia es que sean hombres. No sé el porqué, pero es así.
P. ¿A qué se debe que la mujer haya sido precisamente la gran protagonista del deporte español en Londres?
R. No puedo generalizar, sino hablar solo del waterpolo femenino. Nuestro deporte es todavía muy joven en España, sobre todo si lo comparas con Italia, Rusia, Canadá..., países que nos llevan muchos años de ventaja. Lo que se demuestra, en cualquier caso, es que cuando a un deporte, aunque sea joven, le prestas atención y le das continuidad, los resultados salen. Si atendemos como se debe al deporte femenino, le das cariño y le proporcionas medios, el marcador te sonríe. Si le das la importancia que merece, la mujer española demuestra siempre que vale. Yo creo que, poco a poco, se están igualando las cosas con el deporte masculino y el camino que deberíamos llevar es que, al final, la atención mediática sea igual para todos.
P. Aseguran los entendidos que el éxito en Londres hará que en poco tiempo se doble el número de licencias del waterpolo femenino en España, que ahora no superan las 2.000 si se contabilizan las distintas categorías [el total del deporte, incluido el masculino, es de unas 11.000].
R. Ojalá sirva para que muchas niñas se tiren al agua y quieran jugar al waterpolo. Lo que ha pasado en los Juegos ayuda a que las chicas tengan un referente, una imagen en la que inspirarse, quieran imitar a las olímpicas. Luego, hay otro detalle para mí fundamental. Es el espíritu que transmite este equipo: son jugadoras que llegan mucho a la gente porque son humildes, alegres, comprometidas... Eso transmite mucho.
La casta vale, pero para ser un buen equipo hay que saber cómo hacer bien las cosas”
P. Quizá, con vistas a la selección, se impone antes que nada expandir el waterpolo a todo el país, descentralizarlo de Cataluña, donde tiene gran tradición.
R. Ya sucede poco a poco. Cada vez van apareciendo jugadoras de ciudades como Ceuta, Zaragoza, Madrid... Ya hay focos en otros sitios y se trata de que haya muchos más. Si es así, nuestro nivel subirá. La federación va empujando y ayudando a los clubes. Lo ideal sería que, además de Cataluña, hubiera al menos diez puntos de interés en toda España
P. El mestizaje funcionó muy bien en la selección masculina de los años 90, cuando la escuela de Cataluña, muy técnica y estilista, se juntó con la de Madrid, integrada por jugadores con carácter y arrojo.
R. El mestizaje es muy productivo porque enriquece y engrandece a los grupos y aumenta sus posibilidades. De ahí, la importancia de aumentar los focos donde se juegue el waterpolo.
P. ¿Hay un régimen interno en su equipo o ha tenido que aplicar sanciones disciplinarias?
R. No. No tenemos régimen de sanciones. Lo importante es que cada uno sabe lo que quiere. No ha habido problemas de comportamiento ni de actitud, sino que todo se da de forma bastante fluida, lógica y coherente.
Lo que ha pasado en los Juegos ayuda a que las chicas tengan un referente, una imagen en la que inspirarse"
P. A veces, parece que el equipo femenino tiene una determinación y un punto de agresividad mayor que el masculino, puede que más académico. Ellas incluso aseguran que pellizcan, que son gatosas.
R. No sé si hay diferencia con los chicos, pero el grupo nuestro, el equipo, tiene fuego. A mí me gusta llamarle fuego. Tiene esa pasión de ir con todo a por algo muy concreto. Eso es muy importante porque a partir de ahí se puede construir y crecer.
P. Ustedes han vivido una experiencia única. Incluso TVE cambió el horario del Telediario por la final femenina de waterpolo.
R. Eso fue una pasada. Es algo alucinante que hay que apuntar en el haber de las chicas y tiene que ver con los resultados y también con el espíritu que han transmitido. Lo suyo engancha porque es ilusión, alegría, humildad y pasión, compromiso de grupo. Más allá de que pueda entender o no de waterpolo, el espectador se ha enganchado a nuestros partidos por esa energía que transmiten. La verdad, nosotros nos hemos sentido muy respaldados y apoyados. Gracias.
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