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“El rey es Rudisha, no Bolt”

La ‘tribu’ española del 800 se rinde al keniano, que rompió la barrera de 1m 41s

Amaya Iríbar
Rudisha acelera en la recta final de 800m.
Rudisha acelera en la recta final de 800m.GABRIEL BOUYS (AFP)

Entre los 80.000 espectadores que asistieron atónitos y enfervorizados a la proeza de David Rudisha, que vieron en directo el primer récord del mundo de los dos -el otro lo protagonizaron las chicas estadounidenses de relevos 4x100- que ha dado hasta el momento el atletismo en los Juegos de Londres, ese 1m 40,91s electrizantes que luego se tragó Usain Bolt, estaba Kevin López, que no logró clasificarse para esa final de 800m, pero que sabe bien lo que se siente en esas dos vueltas frenéticas, lo absolutamente superior que es Rudisha, la transcendencia de su gesta. “Bolt, Bolt, Bolt. Todo el mundo habla de Bolt y da rabia porque lo que ha hecho este tío es mucho más importante”, dice convencido el plusmarquista español de la distancia, unos magníficos 1m 43,74s conseguidos unos días antes de viajar a Londres. Y lo argumenta: “Para empezar ha hecho un récord del mundo, pero es que además no es lo mismo un récord en 800m, que en 100m y 200m, donde vas por tu calle y solo tienes que darlo todo. En 800m si sales como salió Rudisha lo normal es que no llegues”. Y como Kevin, su amigo y compañero Luis Alberto Marco, otro de la tribu española del 800, la distancia en la que se cruzan todos los caminos del atletismo, proclama: “El rey es Rudisha, no Bolt”.

Rudisha salió rápido. Como se sabe superior y no quiere problemas, el keniano, que es tan superior que se ha acostumbrado a correr solo, se pone enseguida en cabeza y así evita empujones. Además, maneja la carrera a su antojo. “Las finales suelen ser más tácticas y ahí los que quieren ganar suelen dejarlo todo para el último 200m, pero la táctica de Rudisha es mucho mejor. Es más segura y más limpia. No se arriesga”, analiza el sevillano.

Cuando lo vi, pensé: ‘1m 40s, sin liebre y sin nada. Es impresionante” Luis Alberto Marco

La noche también era perfecta. No hacía frío y apenas corría el aire. El estadio estaba, como cada día, abarrotado. El atleta español, como la mayoría de los aficionados, tenía claro que no había rival para el keniano, que tiene 23 años y cierra con el título olímpico un círculo maravilloso que empezó hace dos años, cuando acabó con la plusmarca de Kipketer, viva desde 1997, y siguió el año pasado con el título mundial. Pero le sorprendió el récord: “Al principio ni siquiera me di cuenta porque cuando vi que Rudisha ya tenía la carrera, me fijé en los otros. Cuando lo vi, pensé: ‘1m 40s, sin liebre y sin nada. Es impresionante”.

Hay otra razón para la admiración de esa carrera que pasará a la historia del atletismo, de los Juegos Olímpicos, y que también señaló esa noche Sebastian Coe, ex plusmarquista mundial de la distancia: la grandeza de intentar no solo ganar, sino “hacer algo extraordinario”. Muchos pensaban, y Kevin López era uno de ellos, que Rudisha se conformaría con el título olímpico, al fin y al cabo no pudo ni siquiera competir en Pekín 2008 por una lesión, y asaltaría el récord, su récord, en una de esas lucrativas reuniones atléticas que se celebrarán en el último trimestre del año. Pero no. No solo quería la medalla, sino la gloria olímpica.

Bolt, Bolt, Bolt. Todo el mundo habla de Bolt y da rabia porque lo que ha hecho este tío es más importante” Kevin López

Rudisha viene de la velocidad, de esos 400m en los que se especializó su padre, pero “no da sensación de rapidez”, por su zancada larga y elegante, por la elegancia con la que corre. Kevin López no descarta ir a Kenia, a Iten, a Eldoret, a la cuna del mejor atletismo keniano, “para conocerlo”. Y cree que el rey del 800m aún puede mejorar. “Bajar de 1m 40s son palabras mayores, pero imagina lo que podría hacer con una liebre”, dice. Podría, probablemente, batirse a sí mismo, pero es muy difícil que repita una noche tan mágica como la que le convirtió en campeón olímpico.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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