España se pierde camino de la final
Las chicas de Jorge Dueñas, muy imprecisas en ataque, caen (26-27) ante Montenegro y pelearán el broce a Corea del Sur
Era una cuestión de controlar los nervios. Y no pudo ser. Atenazadas en su primera semifinal olímpica, las jugadoras españolas dilapidaron más de la mitad del partido y no lograron recuperarse ante Montenegro (26-27), por mucho que ahí estuviera una imperial Silvia Navarro, que paró balones hasta con la cara. No mereció la victoria España, que deberá ahora de levantar el ánimo, de fijarse en su último tramo de partido para tratar de conseguir la medalla de bronce ante Corea del Sur, el próximo sábado.
Se le atragantan las semifinales a la mejor generación de jugadoras. Cayeron en los últimos dos Mundiales cuando veían la final asomarse a la vuelta de esquina. Y Montenegro les borró el sueño a base de lanzamientos desde la línea exterior. La maldita línea exterior que tanto se le atraganta a los chicos y a las chicas.
España, 26 - Montenegro, 27
España: Navarro; Alonso (-), Barnó (-), Begoña Fernández (2), Eli Pinedo (5), Mangué (3) y Aguilar (4) -equipo inicial- Ciobanu (ps), Marta López (-), Nely Carla Alberto (6, 2p), Beatriz Fernández (5, 2p), Cuadrado (1), Amorós (-) y Elorza (-)
Montenegro: Bajaktarovic; Miljanic (2), Katarina Bulatovic (9, 4p), Knezevic (1), Popovic (6, 1p), Savic () y Lazovic (2) -equipo inicial- Vukcevic (ps), Radicevic (2), Dokic (), Jovanovic (1), Radovic (), Andela Bulatovic (1) y Mehmedovic (1)
Marcador cada cinco minutos: 2-3, 4-5, 7-7, 9-9, 12-10 y 13-13 (Descanso) 14-14, 15-16, 19-19, 19-22, 22-25 y 26-27 (Final)
Árbitros: Krstic y Ljubic (SLO). Excluyeron por dos minutos a Nely, Carla Y Alberto por España; y a Dokic, Lazovic, Andela, Bulatovic y Popovic por Montenegro.
Fue un ir y venir la primera parte. España estuvo correcta en defensa, aunque costó mucho parar a Popovic y Bulatovic. Las dos estrellas montenegrinas hicieron sufrir de lo lindo a la selección, pero, sobre todo, dañó la pivote Dokic, invitada sorpresa en esta semifinal, que abrió de par en par la muralla española. Silvia Navarro, con siete cruciales paradas en el primer tiempo, evitó que las balcánicas se despegaran en el marcador.
Otro cantar era el ataque. Salieron revolucionadas las jugadoras, queriendo finiquitar demasiado rápido un partido que exigía más templanza. Marta Mangué y Beatriz Fernández fueron las encargadas de poner orden, la voz de la experiencia que se dice (entre ambas juntan 350 internacionalidades), y Nely Carla el remate, a veces con más fuerza que maña. No había tiempo para miramientos. Y ahí seguía, claro, Silvia Navarro.
Se le atragantan las semifinales a la mejor generación de jugadoras
España necesitaba serenarse, pero no lo conseguía. Se desesperaba Jorge Dueñas, al ver que la gran efectividad de lanzamiento no se correspondía con las continuas pérdidas de balón, hasta 19 en los primeros 45 minutos de partido.
Cuando, por fin, dejaron de perderse balones sin ton ni son, las jugadoras no lograron desabrocharse los nervios que las atenazaba. Apareció la mala fortuna en forma de madera (en el último tramo hasta tres se contaron) y también machacaron las montenegrinas, que no perdonaron ni media. Se agarró como podía España al ímpetu de Macarena Aguilar, que representa como nadie el tesón de unas guerreras olímpicas que han visto cómo se les escaba la miel de la medalla de oro en un partido que, en circunstancias normales, podía haber sido un bálsamo.
Pero aún le queda otra oportunidad a las chicas de Jorge Dueñas. Espera en la lucha por el tercer y cuarto puesto Corea del Sur, un partido con sabor a revancha, pues ante las asiáticas perdieron el primer duelo de este campeonato, una cita donde las españolas tendrán que volver a encontrarse.
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