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Komova: “He fallado al 100%”

La rusa es la perdedora de unos Juegos que debían haber sido suyos, y la gimnasia se despide con las grandes estrellas fuera del podio

Amaya Iríbar
Komova cae en la final de barra de equilibrio
Komova cae en la final de barra de equilibrioROLF VENNENBERND (EFE)

Los Juegos de Londres debían ser los de Komova o, al menos, los de la lucha de esta jovencita rusa con el ejército de potentes gimnastas estadounidenses, o lo que es lo mismo de una forma de entender la gimnasia más artística pero igual de arriesgada con un estilo más espectacular pero también más chabacano. En cada una de las batallas la perdedora ha sido la pequeña Komova que se va sin un solo triunfo y que ha vivido su sueño como una auténtica tortura hasta el final, hasta este martes en que su deporte se despide hasta Río 2016, donde solo ha podido ser última en la barra de equilibrios.

Dos caídas es lo que ha regalado Komova como despedida, la última en la complícadisima salida de su ejercicio de barra. Probablemente el desgaste de los días anteriores haya hecho mella en una gimnasta que no se caracteriza precisamente por su fortaleza mental y que ha demostrado que el principal obstáculo para convertirse en una verdadera estrella de su deporte está en su cabeza, en su incapacidad de sobrepornerse a las dificultades como hacen los campeones.

No sé si seguiré. Quiero volver a casa y tomarme un tiempo para pensarlo"

Komova venía a Londres a por el título por equipos, el que llevaría al renovado conjunto ruso a emparentar con las mejores gimnastas de la Unión Soviética, y, por supuesto, a coronarse como la mejor gimnasta. Perdió ambos. Pero el individual fue mucho más doloroso porque lo tuvo en la mano y, cuando ya lo veía todo perdido sacó fuerzas para firmar un precioso y preciso ejercicio de suelo que no fue suficiente.

La oportunidad para resarcirse ante tanto fracaso la tenía en las finales de paralelas, celebrada el lunes y que acabaría ganando su compañera Mustafina, y en la temible barra de equilibrio, precisamente las pruebas que mejor se le dan. Pero le faltó el coraje necesario.

“No he tenido mucha suerte en estos Juegos. He fallado el 100%”, reconoció Komova a los periodistas tras su última final. Tan mal sabor de boca le han dejado estos Juegos, que la rusa, que tiene 17 años y es hija de deportistas, o sea que sabe perfectamente de qué va la alta competición, no descarta la retirada: “No sé si seguiré. Quiero volver a casa y tomarme un tiempo para pensarlo. Mis padres dicen que todo está OK pero yo no lo siento así”.

Komova consolada por su entrenador tras perder la final individual
Komova consolada por su entrenador tras perder la final individualDYLAN MARTINEZ (REUTERS)

A pesar del disgusto de la mejor gimnasta rusa, que no la líder porque Mustafina y Afanaseva muestran más carácter cuando ella flaquea, no es tan raro que las gimnastas se desfonden en las finales por aparatos, esa celebración de los especialistas que se celebra días después de las grandes batallas que deciden al mejor equipo y a la mejor gimnasta. Este año además el calendario se ha alargado un día más y la federación internacional se ha inventado dos días de descanso antes de las finales por aparatos –y astutamente ha colado el trampolín- lo que se nota en el cansancio físico y, sobre todo, mental de los competidores. Gabby Douglas, la flamante campeona olímpica, también falló ayer en paralelas y hoy ha sido séptima en barra, que ganó la china Deng Linlin.

Tampoco pudo despedirse a lo grande la campeona del mundo, que ha vivido su propio drama, pero más resguardada. Jordyn Wieber fue superada por dos compatriotas el primer día, lo que le privó de disputar el título que reconoce a la mejor gimnasta, el concurso general. Clasificada para la final de suelo, hoy solo ha podido ser penúltima en el suelo. Su compatriota Aly Raisman ha sido la triunfadora inesperada. Nadie contaba con esta jovencita de Boston que le robó el puesto a Wieber en la gran final y que se ha despedido con un bronce en la barra y el oro a ritmo de Hava Nagila del suelo.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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