Los dichosos cuartos

Hay un partido que provoca el sinvivir de los entrenadores, sea el torneo que sea y con independencia del deporte, sin término medio: el de los cuartos de final. No es casualidad que a veces se den sorpresas en la última jornada de la fase de grupos. Ocurre que el resultado viene condicionado por ese dichoso cruce. La pregunta siempre es la misma: “¿Qué nos conviene más?”.

El nudo y la suerte de la competición está en los cuartos. No hay mejor ejemplo que el de la propia selección española de fútbol, actual campeona mundial y europea, desde que saltara esa barrera psicológica en la Eurocopa de Austria y Suiza 2008, la línea que separa el triunfo de la derrota.

En cierto modo, es así. Es el partido que marca la frontera entre el éxito y el fracaso. Sergio Scariolo, el seleccionador de baloncesto, hizo esta reflexión poco antes del encuentro ante Serbia, en el Mundial de 2010, en el que un triple de Teodosic impidió que España se metiera en las semifinales. Aquel batacazo, sin embargo, fue la excepción a la regla. La generación de Gasol, Navarro, Calderón y compañía ha logrado romper también el tabú de la serie de repetidos tropiezos que había sufrido en los cuartos.

“Sin ninguna duda, es el partido más difícil de afrontar”, coincide el seleccionador de balonmano, Valero Rivera. “Es el de mayor presión. Lo sabemos los técnicos y los jugadores. De ahí, que sobren las palabras y las arengas. Hay que saber procesarlo individualmente y después de manera colectiva. No lo hablo en el vestuario, no le doy un tratamiento especial, sino que lo que intento es reforzar y convencer al equipo de perseverar en lo que hemos hecho”, continúa; “no se trata de sacar hierro ni de exagerar. No es fácil, de todas maneras, porque coincidimos siempre en decir que hay dos objetivos: uno, llegar a los cuartos; otro, alcanzar la final. Pero subrayamos lo de los cuartos”.

Es el único encuentro diferente y también el más difícil

El equipo masculino de balonmano ya está clasificado para los cuartos, al igual que el femenino de Jorge Dueñas. “El cruce con Croacia es clave”, asegura la delegada del equipo, Noelia Oncina; “te da la oportunidad de jugarte dos veces la medalla: si pasas a las semifinales, piensas en la pugna por el oro y la plata. En caso de derrota, disputas el bronce. Por contra, si pierdes, te vas a competir por puestos que no te dan ningún honor”.

“Te vas arriba o te caes. No hay término medio”, afirma también el seleccionador del waterpolo femenino, Miki Oca. “Nosotros ya lo superamos al derrotar a Gran Bretaña”, prosigue, “pero lo pasé fatal porque, además, estaba expulsado. No es fácil preparar estos partidos. Tienes que intentar aparentar que son uno más, pero todos saben que no es lo mismo ganarlo que perderlo”.

“Es el único encuentro diferente”, interviene Rafa Aguilar, el seleccionador del waterpolo masculino, “y también el más difícil. No tiene nada que ver con los que has jugado en la fase de clasificación ni tampoco con los que vas a disputar por las medallas en caso de superarlo. Queda a mitad de camino de todo. Tienes que redoblar los esfuerzos para que el equipo juegue bien porque te lo juegas todo y luego resulta que no se suelen dar grandes partidos por la tensión, por cuanto está en liza”.

También está en una eliminatoria de los cuartos el Match Race Eliott 6 de vela mientras que el torneo de hockey sobre hierba no contempla precisamente ningún cruce previo a las semifinales: son los dos primeros clasificados de cada grupo los que tienen directamente acceso a afrontarlas. Esta es una forma de potenciar la fase clasificatoria y evitar una eliminatoria que acostumbra a deparar sorpresas por su dificultad para jugarla.

La participación del equipo de fútbol de Gran Bretaña acabó precisamente en los cuartos de final al perder en el desempate a penaltis ante Corea del Sur.