El subidón de Hamilton

Hay pilotos más temperamentales y los hay que lo son menos, que se alteran más esporádicamente; de esos que, por llamarlos de alguna forma, se les podría identificar como planos. De todos los individuos que conviven en el paddock del Mundial, probablemente el menos plano sea Lewis Hamilton. Además de uno de los protagonistas del circo con más talento reconocido por parte de sus rivales, el británico es también el más explosivo, capaz de llevar a cabo los adelantamientos más inverosímiles en un momento dado para, medio circuito después, echarlo todo a perder en un rifirrafe, como le ocurrió en Valencia con Pastor Maldonado. En cualquier caso, ese es el encanto de este corredor que asegura que no piensa cambiar, que así ha actuado a lo largo de toda su trayectoria y que tampoco le ha ido tan mal.

Superado el ecuador del calendario, el campeón de 2008 figura el quinto en la tabla general de puntos, a 62 de Fernando Alonso, el líder. De hecho, este es su segundo peor arranque desde que debutó en la categoría, en aquel controvertido 2007, cuando compartió el taller de McLaren con el español. Uno podría pensar que este alboroto que le acompaña no debería beneficiarle en una situación tan delicada como la que atraviesa en estos momentos. Sin embargo, él parece estar más convencido que nunca del potencial que tiene, y, más aún, después del salto de calidad que ha dado el monoplaza que conduce en los dos últimos grandes premios. El domingo pasado, en Alemania, Jenson Button, su compañero, arrancó el sexto, peleó por el triunfo durante más de media carrera y finalmente terminó el segundo. Tanto él como Alonso, ganador en Hockenheim, coincidieron entonces en considerar el MP4/27 como el bólido más rápido de la parrilla, una tesis que terminó de confirmarse en Hungaroring, donde Hamilton se apuntó ayer su tercera pole del curso de forma casi apabullante. A su lado formará (14:00 horas, Antena 3 y TV3) Romain Grosjean, mientras que el tercero en salir será Sebastian Vettel. Alonso lo hará el sexto, la plaza que, según dijo el asturiano, le corresponde al Ferrari en condiciones normales, o sea, sin lluvia.

Alonso saldrá el sexto, la plaza, según él, que le corresponde a Ferrari sin lluvia

Hace una semana, el chico de Tewin pinchó uno de los neumáticos de su McLaren a las primeras de cambio y eso condicionó su concurso hasta el extremo que le llevó a abandonar. Para dispersarse eligió Cannes, donde visitó a un amigo y se entrenó en el gimnasio y en la playa. El miércoles se fue a Londres y allí cenó con Muhammad Ali, una de las celebridades que más admira, y al día siguiente pasó a visitar a su madre y a su hermano, Nicolas, con quien se pasó la tarde jugando a la PlayStation, antes de coger un vuelo rumbo a Budapest, donde hasta ahora se ha movido en todo momento entre los primeros puestos de la tabla de tiempos. El viernes fue el más rápido en los dos entrenamientos libres, y lo mismo ocurrió ayer en las tres eliminatorias del oficial.

“Al fin vemos que las mejoras introducidas funcionan. De este modo he sido capaz de colocar el coche en lugares en los que anteriormente me era imposible”, dijo Hamilton tras certificar la 22ª pole de su palmarés, una cifra que empareja en esta estadística con Alonso. “Esto supone un gran impulso para el equipo, y confío en que todo funcione a partir de ahora”, añadió el canterano de Woking mientras se frotaba las manos, en un gesto que bien podría reflejar el subidón que le ha supuso poder demostrar que está al volante del prototipo más rápido del momento.