La mala imagen del deporte español

Esta misma semana, antes de que el embrollo se hiciera público, cuando funcionarios de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) se pusieron en contacto con sus colegas de la Agencia Estatal Antidopaje (AEA), en Madrid, para preocuparse por el caso de Ángel Mullera, a los dirigentes españoles les sonaron las alarmas. Lo saben hasta en la AMA, pensaron, menos mal que la policía ya ha empezado a investigar. Como consecuencia de ello, y también por el escándalo generado por la publicación del caso, los dirigentes deportivos españoles, el Consejo Superior de Deportes (CSD), han decidido que Mullera no participe en los Juegos de Londres. Le sustituirá el obstaculista de Jaén Sebastián Martos, de 23 años.

Fue la diligencia policial, despertada por una denuncia anónima la semana pasada, la que evitó finalmente que en unos Juegos Olímpicos más el deporte español fuera señalado por el dedo en el mundo por su escaso empeño en la lucha contra el dopaje. Se evita la vergüenza que se pasó con el caso de Maribel Moreno en Pekín 2008, pero no la mala imagen una vez más, y una lentitud en tomar medidas que, por otra parte, puede hacer inútil la investigación policial que se inició muchos meses después de que comenzaran a circular por todos los niveles del atletismo español los emails en los que Ángel Mullera pedía consejo para doparse a un misterioso asesor-proveedor.

La policía volvió a tomar declaración al atleta catalán, pero con pocas esperanzas de poder averiguar la identidad de quienes se encontraban detrás de la web que ofrecía diferentes tipos de EPO y métodos de administración para evitar su detección. La investigación está a la espera del resultado del último control antidopaje efectuado a Mullera, con la esperanza de que un positivo pueda soltar la lengua al obstaculista sobre la gente de su entorno que podría haberle aconsejado.

La cuarentena de Mullera, a quien la federación no se decide a abrir expediente por una posible infracción de dopaje, se ha decidido justamente el mismo día en el que el Consejo de Ministros ha aprobado el proyecto de nueva ley antidopaje, que emprenderá ahora su travesía parlamentaria. Podría haberse decidido mucho antes, de todas maneras, pues fue hace meses cuando un grupo de atletas acudió al CSD con los emails en sus manos para denunciar el caso. Los primeros atletas dispuestos a colaborar en la lucha sin mediar una recompensa, como es el caso de los que se arrepienten solo después de haber resultado positivo en un control y denuncian a su entorno a cambio de una reducción de sanción, recibieron una respuesta que les hundió en la frustración: con esto no se puede hacer nada sino incrementar los controles sobre Mullera a ver si se le pilla.

También la federación dispuso de la información, que no hizo llegar tampoco a la Agencia Española Antidopaje. Fuentes policiales señalan que si entonces, hace meses, les hubieran pasado los emails, quizás su investigación habría tenido más posibilidades de éxito.