Espargaró gana con dolor

Tenía una fuerte contusión en el tobillo derecho, que era lo más parecido a una pelota de tenis, el mismo tobillo que ya se daño en Montmeló, cuando chocó con Marc Márquez el domingo en carrera. En el entrenamiento de la mañana Pol Espargaró había sido arrollado por Johann Zarco, que venía siguiendo su rueda y se coló a la entrada de una curva. La caída fue dolorosa. Y el miedo al diagnóstico lo fue aún más, pues el chico se está jugando el título y no quería ponérselo más fácil a Márquez. Pero los médicos le tranquilizaron: solo, que no es poco, tenía una fuerte contusión y un esguince. De modo que su participación en el entrenamiento de clasificación solo dependía de él mismo.

Todavía en la camilla, mientras cubrían de hielo ese maltrecho tobillo, dijo: “Está valorado, correré”

Los doctores le dejarían correr, el dolor marcaría su presencia y su competitividad en la pista. “Si las radiografías confirman que no tienes una lesión mayor, eres tú quien debe valorar dentro de unas horas si sale o no”, le dijeron. Y él, todavía en la camilla, mientras cubrían de hielo ese maltrecho tobillo, respondió: “Ya está valorado”. Lo que probablemente no imaginaba ni él mismo es que no solo sería capaz de correr y salvar los muebles en la sesión vespertina del sábado, sino de hacer también la pole.

La consiguió en el último suspiro. Poco antes había dado una vuelta a rueda de Márquez, el primer clasificado hasta entonces, la referencia. Pero el tiempo definitivo lo bordó Espargaró, con apenas unas aspirinas en su cuerpo para calmar el dolor de un tobillo muy hinchado. Segundo sería el otro español. Y tercero, como si de una broma del destino se tratara, el francés Johann Zarco, debutante en la categoría, que lograba así su mejor clasificación del año. Pero no será él quien salga desde la tercera plaza, lo hará Iannone. Porque Zarco fue penalizado con 15 posiciones en la parrilla (saldrá 18º) por considerar que había realizado una “maniobra irresponsable” al atropellar a Espargaró por la mañana.