Prigioni, un ‘rookie’ de 35 años

“Nunca fui demasiado fanático de la NBA, pero me tentó la posibilidad y se llegó a un acuerdo”. Con la tranquilidad del que ha vivido mil batallas, pero con la ilusión del que recibe un regalo inesperado, Pablo Prigioni confirmó al diario argentino Olé que se marcha a la meca del baloncesto para cruzar la meta en su carrera. El base argentino ha aceptado una oferta de los de Nueva York para la próxima temporada y se convertirá en el debutante más veterano de la historia de La liga estadounidense, con 35 años.

“Me cuenta un pajarito que tenemos un nuevo argentino en la NBA”, desveló Luis Scola, ala-pívot de los Houston Rockets y excompañero de Prigioni en el Baskonia, en su cuenta de Twitter, aunque todavía el conjunto neoyorkino no ha oficializado la noticia. Los Knicks invitaron a Prigioni a pasar unos días en Nueva York junto a su mujer el mes pasado y, entre pruebas físicas y agasajos –con entradas para ver el musical Evita en Broadway incluidas-, se lanzaron a formalizar la oferta al jugador. “Quedaron maravillados con su condición física a los 35 años”, contó su representante, Claudio Villanueva.

“Me cuenta un pajarito que tenemos un nuevo argentino en la NBA" Luis Scola en Twitter

Ahora será el último de los argentinos en aterrizar en la liga norteamericana, el noveno de la historia (después de Pepe Sánchez, Wolkowyski, Ginóbili, Nocioni, Delfino, Oberto, Herrmann y Scola). Un año después de su bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, los propios Knicks iniciaron un acercamiento, pero entonces apareció el Madrid de Messina y Prigioni descartó hacer las Américas. Hace tres semanas, el director general de los Knicks, Glen Grunwald, y su entrenador, Mike Woodson, volvieron a la carga. “La llamada me hizo mucha ilusión. No lo esperaba en este momento de mi carrera. Quiere decir que sigo haciendo las cosas bien”.

Los Knicks, que han fichado recientemente a Jason Kidd y pretenden renovar a Jeremy Lin, la gran revelación del último año (igualarán la oferta de los Rockets por el base de origen taiwanés), le proponen el rol de tercer base confiados en su veteranía a cambio de un sueldo que rondará los 800.000 dólares (unos 650.000 euros, la mitad de lo que ganaba en Vitoria). “Desde un primer momento se habló de que íbamos a ser tres porque la temporada es larga, son 82 partidos... Lin, si bien es un jugador joven, vuelve de una operación y Kidd es veterano. Puede pasar cualquier cosa y tengo que estar listo para jugar, más o menos tiempo”, cuenta Prigioni. “Podría ganar más dinero en Europa, pero prioriza una ilusión”, refrenda su representante.

Desde que llegara a España en 1999, Prigioni se ha convertido en uno de los jugadores más carismáticos de la Liga. “Pablo es todo jerarquía. Me quito el sombrero. Tras haber vuelto a jugar con él y viendo lo que hace, puedo confirmar que es uno de los grandes y el mejor base argentino de la historia, de calle”, le elogió su paisano Nocioni (que hace unos meses hizo el camino inverso de la NBA a la ACB) tras el pase a las semifinales de la pasada Liga Endesa.

Su pausa y su bote cadencioso, casi hipnótico, no cumple los vertiginosos estereotipos de la liga estadounidense, pero Prigioni es una rara avis experto en escribir su propio guion. Tras 13 temporadas repartiendo asistencias en Fuenlabrada, Alicante, Vitoria y Madrid, con tres Copas, una Liga y cuatro Supercopas con el Baskonia, ahora se marcha al Madison Square Garden. En la Gran Manzana le esperan los Knicks, que en la última temporada terminaron séptimos en la Conferencia Este con una marca de 36-30 y luego perdieron 4-1 con Miami en la primera ronda de playoffs. Carmelo Anthony, Amare Stoudamire, Tyson Chandler y compañía tienen un nuevo compañero. Un rookie de 35 años.