Greipel pesca de nuevo en río revuelto

Greipel golpeó de nuevo. Como en una repetición de la etapa de ayer, pero con más suspense, el alemán volvió a aprovechar el trabajo del pelotón, que dio caza a los cuatro fugados de la jornada en las calles de Saint-Quentin, y la caída en los últimos kilómetros, que dejó cortado a Sagan. A río revuelto, ganancia de Greipel (Lotto). La general tampoco cambia, porque no hay fuga que triunfe, de modo que Cancellara sigue siendo el líder porque ganó la etapa prólogo del primer día.

Donde ayer tres se lanzaron a la aventura, hoy fueron cuatro, entre ellos el español Pablo Urtasun (Euskaltel). De la misma forma que ayer Arashiro, Mouncoutié y Delaplace se marcharon en el primer kilómetro hoy Urtasun, los franceses Mattheiu Ladagnous (FDJ-Bigmat) y Julien Simon (Saur-Sojasun) y el belga Jan Ghyselinck (Cofidis) se fugaron pasados cinco kilómetros. El pelotón les dejó rodar, porque ninguno de ellos amenazaba en la general, y esta vez sesteó tanto que los fugados tuvieron sus opciones. Finalmente, dio igual: el pelotón se zampó a los cuatro a escasos 200 metros de la meta de Saint-Quentin, cuando Ghyselinck ya había saltado en busca de la gloria. Rodaron hasta quedarse en la orilla. Faltó poco, pero faltó.

Sagan fue el principal perjudicado de la caída final, que empieza a convertirse en un clásico de este Tour

La etapa se rodó bajo la permanente amenaza de tormenta sobre las tierras de Picardía, tierras de guerras mundiales. Pasaron los corredores por Somme, escenario de una de las más cruentas batallas de la Primera Guerra Mundial, y llegaron a Saint-Quentin, liberada por el General Patton en 1944. Otra vez llegaron todos juntos, y otra vez el final era un ligero repecho. En esas condiciones había quedado demostrado que ya hay un rey, y ese es Sagan. Sin embargo, el eslovaco fue el principal perjudicado de la caída final, que empieza a convertirse en un clásico de este Tour. No hay, de momento, etapa sin caída.

Sagan no terminó magullado como Cavendish, pero la montonera le afectó hasta que caer de culo sobre el asfalto. El caso es que Greipel, que evitó el problema pasando de puntillas por el lugar, aprovechó el regalo. Con toda la confianza acumulada tras la victoria de ayer, el alemán se impuso a Matthew Goss, que pagó arrancar tan pronto. Quizá no vio que aún faltaba una recta, o quizá no tuvo riñones para la rampa final. Greipel, aún jadeante, definió el sprint que acababa de ganar como “uno de los más difíciles” de su vida. Como el día anterior en Ruán, ganó porque es un buen sprinter y porque supo evitar la caída. Greipel aprovecha las oportunidades.

Prólogo: Las variaciones Cancellara

Primera etapa: Los domingos generosos

Segunda etapa: Contra la melancolía, Cavendish

Tercera etapa: La construcción del personaje Sagan

Cuarta etapa: ¿Será Greipel el bosón de Higgs?