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Un duelo familiar

Cristiano se encontrará con cuatro compañeros del Madrid tratando de detenerle: Arbeloa, Ramos, Xabi Alonso y Casillas

Diego Torres
Cristiano Ronaldo celebra la clasificación para semifinales
Cristiano Ronaldo celebra la clasificación para semifinalespeter andrews (REUTERS)

Cristiano Ronaldo librará el miércoles un duelo familiar. Cada vez que inicie una maniobra para meterle un gol a España se encontrará por el camino con cuatro jugadores con los que convive diariamente en el Madrid. Cuatro futbolistas con marcadas funciones defensivas que llevan tiempo examinándole con detenimiento: Arbeloa en su banda, Xabi más al medio y Ramos frente a la portería que defenderá Casillas. Cuatro amigos que, cuando hablan del portugués, se refieren a él como El Ansias.

Ningún jugador provoca igual mezcla de admiración e irritación entre sus compañeros madridistas. La presencia de Cristiano en el vestuario es tan expansiva que resulta imposible ignorarle. La relación que mantiene con el entrenador, José Mourinho, no ayuda a que sus colegas españoles le consideren como uno más. El goleador es el único futbolista de la plantilla al que el entrenador libera de obligaciones defensivas con las que carga a todos los demás. Que compartan el mismo agente, Jorge Mendes, no parece un hecho circunstancial a ojos de sus compañeros. Mourinho se lo dijo una vez a Cristiano, en una ocasión en que le criticó ante el resto del equipo. Para justificar su severidad, Mourinho alegó un afecto bien fundado: “¡Tú eres hermano de mi hermano!”.

Su carácter singular, unido a su condición de figura mundial, ha contribuido a aislar a Cristiano del resto. En Portugal se rodea de Pepe, Coentrão y Bruno Alves. Fuera del círculo de amigos manifiesta escasa disposición al trato. Es el capitán y el ejercicio del poder le induce a guardar las distancias con el resto. Preside un grupo muy joven en que apenas existen las discrepancias. Su liderazgo consiste en ejemplarizar exhibiéndose tal y como es, obsesivo para cuidar su organismo, entrenarse y competir. Pasa las horas en la concentración de Opalenica haciendo gimnasia, viendo películas, jugando al tenis de mesa y al futbolín, que los portugueses conocen como matraquinho. Su aislamiento se acentúa por la política de reclusión que practica la federación portuguesa, la más hermética de Europa. Los entrenamientos en el acuartelamiento de Opalenica son cerrados y los futbolistas permanecen invisibles al público, con la excepción de las cadenas que tienen el visto bueno de Jorge Mendes, empresario omnipresente del fútbol portugués.

Arbeloa es un marcador meticuloso que ha estudiado a CR desde hace años

Así como Benzema se topó el sábado con su compañero Ramos, en un mano a mano del que salió airoso el sevillano, el miércoles le tocará el turno a Cristiano. Por su posición de inicio, el atacante partirá desde la zona que protege Arbeloa. Ahí se reanudará una fricción antigua. Arbeloa y Cristiano comenzaron a enfrentarse desde que ambos coincidieron en Inglaterra. El español es uno de los compañeros más críticos del individualismo del portugués. Aunque ambos comparten la dedicación a cuidar el estado físico, la velocidad y la proximidad a la raya, difieren en su modo de entender el fútbol. En los tensos días que siguieron a la derrota por 0-2 ante el Barcelona en la semifinal de Champions de 2011, durante un entrenamiento, un golpe y un reproche acabó exaltando las sensibilidades de estos dos abnegados profesionales. No se sabe quién soltó el primer sopapo. Los compañeros dicen que tardaron un minuto largo en separarlos y cuando lo hicieron ya habían intercambiado unos cuantos golpetazos.

Tras el desencuentro, Arbeloa y Cristiano volvieron a jugar juntos el 7 de mayo, contra el Sevilla en Liga, en el Bernabéu. Ese día Cristiano metió cuatro goles. El primero lo fue a celebrar a su derecha, hacia la grada lateral de Castellana. Por ahí andaba Arbeloa que, al verle, se le abalanzó y le dio un abrazo fraternal. Como hacían los hermanos Dalton, ninguno le dio importancia a la pelea.

El domingo pasado, Piqué advirtió que los jugadores del Madrid ya estaban instruyéndoles para poder ponerle freno a Cristiano Ronaldo. Pero Custodio, internacional portugués que debutó en el Sporting de Lisboa con Cristiano, dijo ayer que no cree que la experiencia ayude mucho a Casillas, Ramos, Xabi y Arbeloa a la hora de frenar a su conocido oponente. “Sinceramente”, observó el centrocampista, “creo que lo que sepan sus compañeros del Madrid de Cristiano no les facilitará las cosas. Da igual que tú sepas lo que va a hacerte. Te lo hace igual. Esa es la fuerza de Cristiano”.

El miércoles por la noche Cristiano verá caras familiares. Principalmente, verá la cara de Arbeloa, uno de los jugadores más observadores de la plantilla del Madrid. Un marcador meticuloso que lleva estudiado a Cristiano desde hace años.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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