Trajín de madrugada
Con los jugadores al límite físico, la selección española llega a su residencia en Polonia pasadas las cinco de la mañana El formato de la UEFA da 48 horas más de descanso a Portugal
Pasadas las diez y media de la noche en España. Una hora más en Donetsk, donde el campeón mundial, en una tórrida y húmeda velada, acababa de derrotar a Francia. Una imagen que quizá pasó inadvertida para los telespectadores y que simbolizó lo que le esperaba a la expedición española en este torneo tan discutible que la UEFA se ha empecinado en organizar. Justamente tras el pitido final del árbitro, algunos futbolistas se dirigieron a aplaudir a los poquísimos aficionados que habían logrado desplazarse a Donetsk, a 3.392 kilómetros de Madrid, sin muchos vuelos directos ni tampoco excesivas plazas hoteleras. Mientras tanto, Arbeloa pedía agua a Miguel Gutiérrez, uno de los fisios del equipo. Exhausto por el calor, la tensión, el cúmulo de partidos y lo que le esperaba esa misma noche. De inmediato, el lateral madridista hizo un gesto, un soplido largo y contenido de desaprobación y agobio. Le acababan de comunicar que le tocaba pasar el control antidopaje.
Suponía un engorro más para quien tenía prevista la llegada a la cama no antes de las cinco de la madrugada. El vuelo desde Donetsk hasta Gdansk, a 1.900 kilómetros, estaba fijado que despegara, como así fue, no antes de las dos de la madrugada. Ya en el aeropuerto Lech Walesa, tras dos horas y 22 minutos de viaje, al equipo le quedaba más de una hora por carretera hasta su residencia en Gniewino. No solo a los jugadores, sino también a sus familiares, desde Shakira, que viajó discretamente con la prensa, hasta el padre de Pedro, recientemente jubilado como empleado de una gasolinera. Con el trajín, la expedición llegó a su hotel pasadas las cinco de la madrugada y ayer, en su día de descanso, retornó en una hora hasta Gdansk para pasar el día con sus familiares, hijos y bebés incluidos. En realidad, España regresó a su cuartel para un solo entrenamiento, el de hoy, porque mañana tendrá que volver a Donetsk para medirse el miércoles a Portugal en las semifinales.
Ahora se baraja ya quedarse en Ucrania, de vencer a los lusos, al ser la final en Kiev
¿Por qué no ahorrarse tanto vete y ven? “Nos hemos encontrado muy cómodos entrenándonos en Gniewino y, aunque barajamos la posibilidad de quedarnos en Ucrania, decidimos volver aquí”, dijo ayer Toni Grande, el segundo de Vicente del Bosque. “Estamos muy a gusto”, convino Xavi. Hay otros motivos. Por un lado, esta ha sido la rutina de la selección, tanto con su sede en Neustift (Eurocopa 2008) como en Potchefstroom (Mundial 2010). Además, de los 16 participantes en este campeonato, al margen de Ucrania, solo Francia y Suecia no han residido en Polonia, donde la mayoría ha encontrado más facilidades y mejores instalaciones. Se da la circunstancia de que en Donetsk no habría tenido otra alternativa que la modernísima ciudad deportiva del Shakhtar, justo la que ocupaba Francia. Y una razón de peso más: a Del Bosque, como a Pep Guardiola, le gusta lo que llama “recuperación activa”, es decir, que se acumulen los días de descanso y luego entrenamientos más intensos. Así, los futbolistas “no hacen la maleta, sino que sienten que se mantienen en el campeonato”, apuntan los psicólogos deportivos. A los futbolistas, por su parte, les agrada la idea de entretenerse con su gente en las ciudades que ya conocen, caso de Gdansk, donde ya pasearon tras los anteriores partidos. Lo que sí baraja ahora el equipo es no regresar de Donetsk en caso de victoria ante Cristiano y sus compañeros, dado que la final sería el domingo en Kiev, a 730 kilómetros de la ciudad minera.
Hace días que Portugal se relaja en Poznan, a unos 300 kilómetros de Varsovia, donde disputó el pasado jueves su partido de los cuartos con la República Checa. Resulta increíble que la UEFA, sin criterio alguno, otorgue a una selección, en este caso la lusa, la ventaja de llegar a una semifinal con 48 horas más de descanso que su rival. Lo mismo le ocurrirá al adversario de Alemania. Nada habría ocurrido de jugarse, como parece lógico, los cuartos que van por el mismo lado del cuadro en días consecutivos. “Es normal que, a estas alturas, haya cansancio”, sostuvieron tanto Piqué como Busquets, “pero, si perdemos, no habrá excusas”. “Es un hándicap. Lo que tenemos que hacer es descansar bien”, puntualizó Del Bosque. “No conocemos el límite físico de los jugadores. Después del partido con Francia nos encontramos con casi 14 estados de recuperación diferentes, y lo que intentamos es que mantengan la misma rutina de recuperación que en sus clubes”, subrayó Javier Miñano, el preparador físico del equipo español.
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