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“El triunfo más emotivo de mi vida”

Alonso llora pensando en el esfuerzo económico realizado por sus seguidores pese a la crisis

O. P.
Valencia -
Fernando Alonso celebra la victoria.
Fernando Alonso celebra la victoria.Manuel Bruque. (EFE)

Aseguraba el sábado Fernando Alonso, nada más quedarse fuera de la Q3, que aspirar al podio era un objetivo absolutamente irrealizable por distintos motivos. Principalmente, porque iba a arrancar el undécimo, embutido en el tráfico, y porque el trazado que se enrosca por el puerto de Valencia no facilita precisamente los adelantamientos. Con todos esos elementos en contra, la llorera que le sobrevino al español al subir al peldaño más alto estaba más que justificada después de haberse vaciado en una carrera delirante, capaz de desquiciar a cualquiera. Una algarabía que, por ejemplo, provocó que Andrea Stella, el ingeniero de pista del asturiano, se dirigiera a él en italiano cuando en teoría debe hacerlo en inglés o que a Michael Schumacher se le olvidara expresarse en alemán ante las cámaras y luego pidiera disculpas, avergonzado y retorcido de risa. Un gran premio que comenzó fatal para Ferrari y que, sin embargo, terminó de lujo para la Scuderia, con Alonso como actor principal de una película de ciencia ficción. Las 10 posiciones que ganó suponen la segunda remontada más importante de su trayectoria, tras la que le llevó a ganar en Singapur en 2008, saliendo el 15º, por más que en aquella ocasión recibiera la ayuda de Nelsinho Piquet, protagonista del famoso crash gate.

El Gran Premio terminó de lujo para Ferrari, con Alonso como actor principal de una película de ciencia ficción.

“Las lágrimas no tienen nada que ver con un sentimiento mío o del equipo. Este no es un buen momento para España, que sufre una crisis económica terrible. Las personas que han venido a vernos han hecho un gran esfuerzo. Muchos de ellos han tenido que dormir en el coche”, empezó Alonso, que en la vuelta de honor detuvo su F2012 delante de una grada con un mar de banderas rojas, se bajó de él, saltó y brincó con los aficionados antes de ser rescatado por el coche médico, que le trasladó de vuelta hasta el parque cerrado. “No es que el sábado me sintiera triste”, prosiguió en referencia a la cronometrada, “pero sí que sentía que tenía que hacer algo para agradecerles todo lo que están haciendo. A nivel emocional, esta es, de lejos, la mejor victoria de mi carrera. Haber ganado aquí, delante de mi público, después del triunfo de la selección española contra la francesa, me hace estar muy orgulloso”.

Hay que trabajar porque aún no estamos donde queremos. Fernando Alonso

Sentado entre Kimi Raikkonen y Michael Schumacher, el discurso del ovetense fue alejándose de la euforia inicial y terminó convertido en una especie de advertencia hacia su escudería. “Está claro que creemos en nosotros y que nunca nos rendimos, pero hay que trabajar porque aún no estamos donde queremos, aún hay coches que van más rápido que nosotros”, añadió la punta de lanza de Ferrari, que, como el resto de marcas, dispone ahora de casi dos semanas antes de desplazarse hasta Silverstone, la única plaza en la que uno de los bólidos rojos consiguió imponerse en 2011.

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