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Sueños a dos millones

Tras el título de Sudáfrica, se dispararon los ingresos de las marcas que patrocinan a la RFEF, que ha renunciado a los millones del CSD en beneficio de otras federaciones

Del Bosque, durante un entrenamiento
Del Bosque, durante un entrenamientoALEJANDRO RUESGA

No es barato jugar la Eurocopa, precisamente. 61.666 euros al día le cuesta a la Federación la estancia de la selección. En esa factura están incluidos los desplazamientos, la estancia, es decir, el alquiler del hotel y las instalaciones —comparada con otras selecciones, a España le sale barata— además de comidas y dietas de la delegación en los treinta días que esperan estar en Polonia y Ucrania. Los compromisos federativos se llevan buena parte de una inversión que tiene como objetivo hacer realidad un sueño: casi dos millones de euros en la búsqueda del triplete. “No reparamos gastos”, aseguran en la federación, que tiene unas prioridades muy claras: cubrir las necesidades de los jugadores de manera absoluta, dar el mejor trato posible a los patrocinadores y cumplir con las gentilezas que se le suponen a la campeona del mundo.

En Sudáfrica, los números no cuadraron: el cambio al dólar jugó en contra. Así que la factura se cerró casi en 30 millones de dólares. Evidentemente, se recuperó buena parte de la inversión. El título supuso 18 millones de dólares. A partir de ahí, se dispararon los ingresos de las marcas que patrocinan a la RFEF, que ha renunciado a los millones del CSD en beneficio de otras federaciones. En caso de ganar la Eurocopa, España se embolsaría 20,5 millones. Según el reparto de la UEFA, tiene ya asegurado 12,5: cada equipo se embolsa ocho millones por participar; por victoria, la recompensa es de un millón y de medio por empate; pasar a cuartos supone dos millones de premio; llegar a semifinales, tres; 4,5 en el caso de la final y tres más si la gana.

La RFEF no tiene aparentes problemas de financiación. La Roja, con cinco esponsores (Movistar, Iberdrola, Chevrolet, Cruzcampo y Adidas), es la selección con el caché más alto. Los internacionales han renunciado a un porcentaje de los bonus de las marcas para invertirlos en la Ciudad del Futbol, en nuevos vestuarios, nuevas habitaciones, un gimnasio y una zona de aguas. La idea es que también aprovechen las divisiones inferiores y las chicas los beneficios de alcanzar los sueños.

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