El ‘milagro’ de Grecia

Grecia no embauca. Ni enamora. Se presenta en el terreno de juego tal y como es, un equipo fornido, duro y de buenas prestaciones defensivas, que vive, en gran medida, de la fuerza que le insufla su veterano capitán, Karagounis. “Somos un equipo con corazón, sin nada que perder y duros de batir”, proclama el propio Karagounis, que se perderá el duelo de cuartos por acumulación de amonestaciones. Ante Rusia (1-0), el cuadro heleno logró su segunda victoria en una fase de grupos de la Eurocopa. La otra vez que lo hizo, en 2004, ante Portugal (1-2), conquistó el torneo. De los 12 partidos que ha disputado en la fase de grupos, Grecia solo ha ganado dos partidos, empatando tres y perdiendo siete. Estas dos victorias le han proporcionado un rédito espectacular. 

Quizás el triunfo de 2004 se antoje una empresa demasiado arriesgada en comparación con el actual torneo. Menos descabellado es destacar un juego que, a grandes rasgos, recuerda al que le hizo campeón en la cita portuguesa. Para empezar, su técnico, Fernando Santos, muy hábil en los cambios, enarbola un plan sencillo: balón directo a Samaras y Gekas, evitar pérdidas en el centro del campo y repliegue intensivo cuando el balón lo tiene el contrario. Este escueto guion se completa con la acumulación sin complejos de hombres detrás del balón, cierta picaresca para descontrolar al rival y una estupenda eficacia ante la meta contraria.

Con tales argumentos, los números afloran. Grecia ha conseguido tres goles en la primera fase, que se han traducido en un triunfo, un empate y una derrota. Goles a los que ha extraído un enorme rendimiento. Con una media de tres disparos a puerta por partido, el conjunto heleno es el que menos tira a gol de todas las selecciones del torneo. Solo Ucrania, con siete, ha tirado menos, pero le resta todavía un partido de la primera fase, al igual que Irlanda, con también nueve disparos a la puerta contraria. Rusia, por ejemplo, ha hecho 20 remates a puerta en esta fase de grupos y se ha ido a su casa. Lejos le quedan los registros de selecciones como España (29) o Francia (26).

El plan parece repetirse con éxito. A pesar de llegar a la final y jugar los preceptivos seis partidos, Grecia realizó en 2004 un total de 21 disparos a puerta, ochos menos ya de los realizados por España en solo tres partidos en esta Eurocopa, la undécima selección en este apartado en Portugal. El ejemplo más evidente de su eficacia se localiza en la final, donde un único disparo a puerta, el gol de Charisteas, significó el triunfo ante Portugal.

“Somos un equipo con corazón, sin nada que perder y duros de batir” Karagounis, capitán de Grecia

Con una media del 46% de posesión, solo Portugal e Irlanda tienen menos el balón que Grecia. Una cuestión secundaria para los helenos.

“Todo lo estamos logrando por nuestro altísimo nivel de concentración”, proclama Fernando Santos, alabando la constancia de sus jugadores, que convierten en gol el error del contrario. Los tres tantos de los helenos han venido precedidos de groseros errores de sus rivales. Ante Polonia, Salpingidis aprovechó la defectuosa salida de Szczesny, meta del Arsenal, para marcar a puerta vacía. Frente a la República Checa, fue Gekas el que anotó tras una pifia de Cech, recién proclamado campeón de la Liga de Campeones con el Chelsea. En el último, frente a Rusia, se sintetiza en buena medida el peligro de esta Grecia. Después de aguantar el acoso de los eslavos durante la primera parte, un saque de banda mal defendido por Ignashevich y Zhirkov en el alargue acabó en una carrera de Karagounis y en el gol que les dio la clasificación. Un saque de banda mató a los rusos y alimentó la leyenda de este equipo espartano, sin estrellas ni brillo, pero con corazón, como dice su capitán, Karagounis.