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Pepín, el héroe español de una sola noche

El triunfo de 1964 se debió en parte a la gran actuación del portero del Betis en su único partido oficial, en Belfast

Rafael Pineda

José Casas, Pepín, era un portero bajito (1,68 metros), que jugó en la Unión Deportiva Las Palmas y en el Betis. Fue el primer futbolista peninsular que jugó en el equipo insular en la Primera División, en 1952. Llegó a Canarias procedente del Alicante, en Segunda. Este valenciano nacido en 1931 y fallecido en 2010 en su tierra de adopción, esas islas que tanto amó, desempeñó un breve pero estelar papel en la Eurocopa que España ganó en 1964.

Instalada en la memoria colectiva de la afición por el gol de Marcelino a la Unión Soviética, la visión de juego de Luis Suárez o la clase de Amancio, el primer triunfo de España como selección guarda una íntima relación con este guardameta de grandes reflejos y una técnica desconocida en una época en la que sus colegas tenían muchas limitaciones con el balón en los pies.

Imagen de una entrada del partido entre Irlanda y España disputado en 1963, el único oficial jugado por Pepín con la selección
Imagen de una entrada del partido entre Irlanda y España disputado en 1963, el único oficial jugado por Pepín con la selecciónDiario As

Todo ocurrió una fría y lluviosa noche en Belfast, la del 30 de octubre de 1963. Allí acudió el equipo español a jugar contra Irlanda del Norte a vida o muerte en una eliminatoria torcida tras el empate (1-1) en San Mamés. El torneo se disputaba a duelos directos, de ida y vuelta, hasta la fase decisiva, que se jugó en España y que consistió tan solo en las semifinales y la final.

Pepe Villalonga, el seleccionador, un militar natural de Córdoba que presentó su dimisión tras la igualada de Bilbao, pero al que no le fue aceptada, tiró de la armada extranjera para resolver el pleito convocando a Luis Suárez y Luis del Sol, ausentes en esa cita, en mayo. Contento con la cesión que le hicieron respectivamente el Inter y el Juventus, se encontró con un contratiempo inesperado. El meta titular era Araquistaín (Real Madrid), pero en el último entrenamiento previo al choque de Belfast se lesionó. Era el momento de Pepín, que debutaría con España a los 31 años.

Era un portero adelantado a su época, el mejor que yo he visto jugando con los pies" José Ángel Iríbar, exportero de la selección española

El portero llegó al Betis en 1960 procedente de la UD Las Palmas, en la que jugó siete temporadas seguidas y gozó del cariño de la afición amarilla. A pesar de su exitoso periplo, no fue hasta 1963 cuando se hizo con la titularidad verdiblanca. De 1960 a 1963 jugó solo 25 partidos de la Liga con el club sevillano. El entrenador, Fernando Daucik, desconfiaba de su baja estatura. En cambio, Domingo Balmanya, que llevó al Betis a la tercera plaza en 1964, sí se fio de él. Sus buenas actuaciones, como en San Mamés, donde el Betis ganó por 1-2 al Athletic, o en el Bernabéu, con un empate frente al Madrid de Di Stéfano, convencieron a Villalonga para contar con él en la decisiva contienda de Belfast.

“Pepín hizo un partido impresionante. Teníamos que ganar en Belfast para seguir adelante y lo logramos con un gol de Gento [0-1], pero él ayudó mucho. Se lesionó el día anterior Araquistaín y le tocó jugar. No tuvo dudas ni por un segundo. Realizó dos o tres paradas memorables. Era un auténtico gato”, cuenta Zoco, medio defensivo del Madrid y de aquel equipo que supo remontar la eliminatoria en tierras norirlandesas.

Las dos paradas que hizo Pepín que nos mantuvieron en el partido" Luis del Sol, exjugador de la selección española

“Recuerdo que hizo tres paradas escalofriantes. No era grande, pero lo suplía con una agilidad impresionante. Técnicamente, además, era muy bueno”, añade Zoco, quien siguió contando para Villalonga en el torneo hasta que se certificó el triunfo final de España ante Rusia. Pepín resistió el acoso aéreo del equipo norirlandés a pesar de su corta estatura y con el 0-1, cuando faltaban siete minutos para el final, hizo una parada a bocajarro a Bingham, posterior seleccionador de Irlanda del Norte, que salvó a España.

“Lo primero que se me viene a la mente de aquel partido era lo mal que estaba el terreno de juego y la lluvia. Luego, las dos paradas que hizo Pepín que nos mantuvieron en el partido y, por último, el gol de Paco [Gento]”, dice Del Sol, que fue jugador del Betis, el Madrid, el Juventus y el Roma. “Yo me había ido del Betis en 1959 y no jugué con él, pero, claro, en aquella concentración, nos hicimos amigos. Él me contaba cosas de Sevilla, del ambiente de la ciudad, del Betis... Y resulta que acabó siendo decisivo”, agrega Del Sol.

Campeón de Europa, de España y de Italia, el centrocampista explica por qué Pepín no siguió contando para Villalonga. Después de aquella noche gloriosa, solo jugó un partido más, un amistoso, en Valencia, ante Bélgica. Fue el 1 de diciembre de 1963. El 11 de marzo de 1964 debutaba con España, curiosamente ante Irlanda, el rival en los cuartos de la competición, José Ángel Iribar. El encuentro se jugó en Sevilla, en el Sánchez Pizjuán. España ganó (5-1) a los que serán sus rivales esta noche, 48 años después. Diluvió en la capital de Andalucía para dar la bienvenida a Iribar en su estreno.

“Apareció un chico con unas cualidades enormes, Iribar, y el portero es un especialista. Solo puede jugar uno. Pepín era un gran meta, muy vivo, con unas condiciones bárbaras. ¿Pequeño? Los gigantes tardan más en caer”, aclara Del Sol.

“Pepín era un portero adelantado a su época, el mejor que yo he visto jugando con los pies. Leía bien el fútbol y le gustaba salir del área y dar el pase adecuado. Iniciaba el juego desde atrás”, recuerda Iribar, el hombre que le relevó en la selección. “Suplía su falta de estatura con una magnífica lectura del fútbol. Era una persona humilde, fantástica”, rememora el legendario portero del Athletic. Con esa humildad, Pepín se presentaba en el hotel del Betis cada vez que el equipo andaluz jugaba en Las Palmas, Allí, el héroe de Belfast, que se retiró en 1967 en sus queridas Canarias, rememoraba sus buenos tiempos en Sevilla.

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