Prosinecki: “El fútbol está más en la cabeza que en las piernas”

Alcanzó la cima europea en 1991 con el Estrella Roja a los 22 años. Después, la guerra rompió los sueños de su generación y las lesiones desgarraron su currículo.

Aún así, Robert Prosinecki, croata nacido en Alemania (Schwenningen, 1969), tuvo tiempo de vestir la camiseta de los dos grandes españoles (Real Madrid, 1991-94; y Barça, 1995-96) y de firmar la mayor hazaña de Croacia con el tercer puesto en el Mundial de Francia 98. Desde hace año y medio ha trasladado su pasión y carisma al banquillo del Estrella Roja.

¿Se disfruta más siendo jugador o entrenador? Como jugador solo piensas en ti mismo; como entrenador tienes que estar pendiente de todos. Eres técnico, psicólogo, padre... Me lo pasaba mucho mejor como jugador, pero el fútbol es mi pasión y esta era la forma más cercana de seguir disfrutando de él. Mis mejores recuerdos en la vida son con un balón, sobre todo en los años del gran Estrella Roja. Éramos jóvenes, con talento, y no conocíamos la presión ni el peso de la responsabilidad.

¿Cómo lleva un croata estar al frente de un club serbio? Fue un desafío para mí y para mi familia aceptar el cargo, pero entrenar al Estrella Roja era una gran oportunidad. No ha pasado el tiempo suficiente para olvidar la guerra y es difícil, pero me ayudó mi pasado en el club. La Copa de Europa del 91 fue inolvidable.

¿Dónde hubiera llegado su generación si la guerra no hubiera fracturado Yugoslavia? Después de nuestro buen Mundial en Italia 90, éramos uno de los favoritos en la Eurocopa del 92, pero no nos dejaron jugar. Invitaron a Dinamarca y ganó. Por talento y competitividad podríamos haber hecho grandes cosas.

Después de aquello, Croacia resurgió en 1998. Estábamos muchos jugadores del 92 y seis de los que habíamos ganado el Mundial juvenil de Chile 87. Rozamos el milagro. Nadie tuvo que motivarnos, jugábamos para devolver la alegría y el orgullo a nuestra gente y fue algo histórico para un país con 4,5 millones de habitantes. Nos faltó muy poco para llegar a la final y aquella gran Francia de Zidane, Deschamps, Desailly, Henry, a la que nosotros tuvimos acorralada en semifinales, luego ganó con comodidad a Brasil.

Croacia solo ha faltado a dos de los últimos ocho grandes campeonatos ¿Cuáles son sus virtudes? Siempre hemos tenido grandes talentos. No tenemos superestrellas, pero tenemos muchos jugadores que lo están haciendo bien en equipos europeos importantes. Todos hablan de Modric o de Olic por ejemplo, pero también está Srna, Pranjic, Corluka, Mandzukic o Rakitic. Están capacitados para llevar el peso del equipo. Y después hay jóvenes como Vida, Badelj o Perisic que tienen la ocasión de mostrarse al mundo. Podemos plantar cara a cualquiera. Además, el capitán de la nave conoce la ruta. Bilic (seleccionador) fue el central del equipo del 98 y ese pasado le da toda la autoridad. Trabajó en la cantera, con los sub 21, y conoce a sus alumnos desde muy jóvenes.

¿Cómo juega Croacia? Pretendemos jugar bonito y ofensivo. No tenemos el nivel de España y copiarles es imposible porque son el mejor equipo del mundo, pero son el estilo a imitar porque es el que le gusta a la gente. Intentamos tocar el balón, abrir el juego por las bandas… Croacia está a gusto con el control de la posesión. Tener la pelota permite marcar el ritmo de los partidos y se disfruta mucho más que persiguiéndola.

¿Con quién se queda de España? Para mi equipo siempre querría a Iniesta, incluso antes que a Messi. Es el más inteligente. Todos los centrocampistas de España son buenísimos, pero él reúne lo mejor de cada uno. Es un jugador de época.

¿De qué entrenador aprendió más? El mejor que tuve fue Cruyff. Por el carácter, por la táctica, por los entrenamientos. Fue el que implantó esa idea del toque y del dominio del balón que ahora tienen el Barça y la selección. Hablaba con la firmeza de los que conocen todos los secretos del fútbol. Era un pequeño dictador, pero un gran entrenador. Además fue el que pidió mi fichaje para el Barcelona.

Allí coincidió también con Guardiola. Ya era entrenador desde el césped, y en el banquillo ha demostrado su talento para dirigir. Dio un paso más y perfeccionó el sistema de Cruyff.

¿Madrid o Barça? Soy madridista, pero me gusta el fútbol del Barcelona. Me identifico más con Guardiola que con Mourinho.

¿Es muy distinto el fútbol actual al de su etapa como jugador? No es muy distinto, pero es más rápido. Ha habido pequeñas revoluciones tácticas y una gran revolución física. Pero España ha demostrado que no es imprescindible ser atletas para triunfar. El fútbol está más en la cabeza que en las piernas.

¿Qué puesto en la historia le daría a esta selección española? Los equipos marcan épocas y hacen historia por lo que ganan o por jugar bonito y España ha sido de los pocos que ha logrado reunir las dos cosas. Ya está en esa lista de Alemania, Italia o Argentina. Antes no tenían la mentalidad de ahora. Habían tenido unas etapas de carácter y otras de talento, pero nunca hasta esta época habían logrado reunir ambas cosas. Han encontrado una generación nueva que ha traído talento y carácter a la vez. Esa mezcla es la que te convierte en ganador.

¿Cómo se imagina el partido entre Croacia y España? Ellos son favoritos. Pero el mejor equipo no gana siempre. El Barça tiró 40 veces ante el Chelsea y ganaron los ingleses. Pero nosotros no nos encerraremos así. Seguro.