Iannone brilla en una carrera con polémica
En la pelea por la victoria, Márquez echa de la pista a Espargaró y es sancionado de inicio sin puntos, pero los comisarios revocan el castigo
Faltaban tres vueltas para terminar la carrera, el desenlace a una prueba protagonizada por cuatro pilotos mayúsculos: Iannone, Márquez, Luthi y Espargaró. Solo ellos, precisamente los cuatro favoritos al título, fueron capaces de aguantar el ritmo de los campeones. Pero, llegado el momento clave, el infortunio apareció y se cebó con el pequeño de los hermanos Espargaró, el piloto nacido en Granollers, a escasos kilómetros del circuito, líder del campeonato a su llegada a Montmeló. La mala suerte recayó sobre él, el último en sumarse al grupo, el que más tarde llegó, el que no se metió en ningún rifirrafe con aquellos tres talentos, ya tenía suficiente con aguantar a sus espaldas después de un complicado inicio de carrera y de adelantar, entonces sí, a otros pilotos con peor ritmo que él. Espargaró los tenía controlados desde la distancia, una distancia escasa, claro, de no más de medio segundo en ningún momento. Por eso supo qué hacer cuando vio flaquear a Márquez.
El pupilo de Alzamora, que aspiraba al triunfo, había sido rebasado por Luthi cuando perdió ligeramente el control de su neumático trasero. Salvó la caída con la ayuda de su cuerpo, levanto su moto de nuevo con el codo izquierdo. Y cuando se supo entero, algo desviado del camino más correcto para seguir la estela del suizo, quiso volver a la trazada. No reparó en nada más que en él mismo. Y ahí se produjo el desastre. El piloto del equipo de Sito Pons, espectador privilegiado de la acción, quiso aprovechar las circunstancias para tomarle la delantera: se aferró al interior de aquella curva para colocarse tercero y en pleno intento Márquez volvió a escena y le echó de la pista con un golpe seco. El choque fue tan violento como inesperado, y, seguramente, involuntario -“No le vi, no sabía que estaba ahí; lo siento, quiero pedirle disculpas”, dijo Márquez nada más terminar la prueba-.
Espargaró terminó en la tierra, como su moto, inmóvil, lamentándose. Por el dolor en el tobillo derecho (tiene una fuerte contusión y se espera descartar una fractura), por la mala pata, por no poder brindar un buen resultado a su gente, sus amigos, su familia, por perder unos puntos magníficos, por perder también el liderato. Y la sonrisa. Acabó llorando desconsolado en su taller mientras la dirección de la carrera anunciaba que investigaba el incidente. Unas horas más tarde los dos pilotos implicados en el incidente fueron llamados a una reunión con los responsables de seguridad y la dirección de carrera. Márquez fue inicialmente sancionado con un minuto, lo que dejaba su tercer puesto en nada y le relegaba a la 23ª posición; los 16 puntos obtenidos también volaban. Sin embargo, el director del equipo, Emilio Alzamora, apeló la decisión. Al rato, los comisarios de la Federación Internacional de Motocislimo la revocaban y Márquez recuperaba su botín.
La carrera la había dominado con contundencia Andrea Iannone, que, tras una excelente salida, se puso en cabeza ya en la primera vuelta. Solo en dos ocasiones no pasó él primero por la línea de meta. Eso sí, siempre recuperaba fácil la posición a final de recta, donde él y Márquez protagonizaron numerosos adelantamientos. Luthi, siempre tranquilo, poco amigo de los líos, aguardaba expectante a la batalla entre sus dos rivales. Se la jugó una vez. Y fue en el momento justo. En aquel fatídico momento en que le metió la rueda a Márquez y este se desestabilizó para acabar frustrando la remontada de Espargaró. Los cuatro están ahora separados por solo 17 puntos en una clasificación general que encabeza el metódico suizo y con Márquez en segunda posición, en la picota desde aquel adelantamiento que le hizo a Luthi en Qatar, señalado este domingo por cometer una acción “evitable”, según Dorna, con la que perjudicó a otro compañero.
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