Una leyenda con futuro

No es un arranque cualquiera de Roland Garros. Hay alfombra roja sobre la Suzanne Lenglen, hay ceremonia, entrega de premios, celebración de un récord. El suizo Roger Federer, vencedor en su debut del alemán Kamke (6-2, 7-5 y 6-3), acaba de igualar el récord de 233 triunfos en torneos grandes (hasta ahora en manos de Jimmy Connors), para lo que necesitó 14 partidos menos que el estadounidense. No es sorprendente que un tenista con la heráldica del número tres, campeón de 16 torneos del Grand Slam, haya empatado la marca. Lo extraño, lo raro, lo inexplicable, es que al borde de los 31 años, con dos hijas y tantos trofeos conquistados, aún mantenga la mirada puesta en el horizonte, el deseo hambriento, vivos los sueños de la adolescencia. Una tras otra desfilaron las preguntas ante Federer, y una tras otra llegó siempre la misma respuesta: el ex número uno mundial quiere más, y pronto.

“Pienso en el récord absoluto de títulos, en los 109 de Connors”, dijo cuando le preguntaron sobre qué otras marcas le haría ilusión batir. “Ahora mismo he ganado 74 torneos. ¿Es posible que logre igualar la marca de Connors? De superarla serían 110, una cifra redonda. Sería increíble… pero es un sueño, no un objetivo. Voy año a año. Veremos”.

En un tenista de leyenda como el suizo, los sueños se entretejen frecuentemente con la realidad. Hace unas semanas, en Madrid, justo antes de alcanzar por un instante el número dos mundial, que luego perdió a manos de Rafael Nadal, Federer habló de otra ambición íntima y secreta, y, sin embargo, fácilmente identificable. “Fácil de decir, difícil de lograr”, dijo sobre su sueño de volver al número uno, en cuyo caso igualaría el récord del estadounidense Sampras al frente de la clasificación (286 semanas), y lo superaría de estar en el trono una quincena. De hecho, el suizo ya tiene la mejor marca de semanas consecutivas como número uno: 237, por las 160 de Connors.

En Roland Garros no solo se juega por el título, se compite también por muchos récords. Federer dio hoy el primer paso. Le acompañó el serbio Novak Djokovic (7-6, 6-3 y 6-1 al italiano Starace), que busca ser el primero en ganar cuatro grandes seguidos desde 1969 (Rod Laver). Para el martes queda la puesta en escena de Rafael Nadal, ante el italiano Bolelli, y David Ferrer, frente al eslovaco Lacko. Los favoritos ya se manchan de roja tierra los calcetines mientras tiemblan ante ellos las mejores marcas de la historia.