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Sorpresas toscanas

El español Purito Rodríguez sigue de rosa el día en que Ferrari se ve recompensado por la justicia poética tras casi siete horas de tostón

Carlos Arribas
El italiano Roberto Ferrari cruza la línea de llegada.
El italiano Roberto Ferrari cruza la línea de llegada.Luk Benies (AFP)

Aunque cualquier espectador poco informado podría pensar que la etapa fue pura rutina, traslado largo y lento, un tostón fatigoso, de un lado a otro de la bota por el camino más llano, fuga mema, habitual sprint con habitual caída en la última curva y castigada torpeza de Fränk Schleck en los descensos, la realidad fue muy diferente, como no podía esperarse menos el día en el que el Giro entraba en Toscana, cuánto arte, y pasaba por Vinci, donde Leonardo.

Se dio, en efecto todo aquello que superficialmente pareció: una fuga de esas llamadas sádicas –a los cinco que se lanzaron al cuarto de hora de la etapa más larga, 258 kilómetros, el pelotón les aplicó un tratamiento de choque que consistió en hacer la goma a sus espaldas: tras concederles cuatro minutos de ventaja se negó a absorberlos pese al deseo de los escapados, aburridos de no ir a ninguna parte, que se vieron obligados a interpretar una especie de esperando al pelotón. Levantaban el pie los fugados y miraban para atrás esperanzados y se encontraban con que el pelotón levantaba el pie y seguía castigándolos, y así durante seis horas, hasta que faltaban 30 kilómetros para la meta--, el obligado momento adrenalínico con el habitual repecho a 14 de la llegada después de pasar por primera vez por la meta de las termas de Montecatini –gran acelerón de Visconti respondido por todos, muy activos Kreuziger y Scarponi, salvo por el hermano mayor Schleck, que se cortó bajando, como hacía en el Tour, y perdió 46s--, y sprint con curva caótico con caída y ganador sorpresa.

Se dio una fuga de esas llamadas sádicas

Se dio todo eso, pero también unos cuantos sucesos sorprendentes. Para empezar, entre los caídos en la curva no se encontraba Cavendish, lo que es noticia, aunque el inglés perdió la etapa en aquella curva a derechas a 300 metros de la meta donde descarriló su tren Sky que la tomó excesivamente abierto y donde el ganador final le hizo al chico malo de Man un interior espectacular por su derecha que le dejó clavado en su excesivamente grande desarrollo. Para continuar, el ganador no fue el habitual Ventoso, el cántabro tan hábil en estos finales de yincana que también se equivocó de trayectoria y fue a parar donde los caídos, sino, pura justicia poética, Roberto Ferrari, al que llaman Ferro, hierro, el mismo duro sprinter bresciano al que Cavendish quería ver expulsado del Giro porque le tiró en Dinamarca. A Ferrari, que aprovechó perfectamente la ocasión con reflejos y decisión, le señalaban como malo malísimo, torpe y estúpido y le prometía el mundillo de los sprinters una vida difícil en las llegadas. Su victoria sirvió entonces como lección para aprender a distinguir entre la verdad y lo que en realidad ocurre.

Pero la más gozosa de las noticias sorprendentes, la que atañía al líder de la carrera, fue que al final de todo, a casi las seis de la tarde, Purito Rodríguez –esta vez sin sus espléndidas gafas rosas de turista hortera y con su hija de la mano—volvió a subir al podio para recibir una nueva maglia rosa de líder, lo que no es escasa novedad y sí buena señal, pues las tres veces que Purito Rodríguez había alcanzado antes el liderato de una gran ronda –dos veces en la Vuelta de 2010 y una en 2011— había perdido el jersey de líder en la etapa del día siguiente y nunca ganó la Vuelta. Así que si el jueves supera, como se espera, los bajorrelieves ligures –una etapa a la medida de fuguistas valientes que sepan descender—y el viernes el pinchito llano de Savona a Cervere, llegará de rosa el sábado a la primera gran etapa de montaña, en los Alpes, Valle de Aosta para arriba, con dos larguísimos puertos, el Joux y el Cervinia, en cuya cima está la meta, que suman 50 kilómetros de subida tendida, aburrida, entre ambos, y donde se anuncia lluvia y frío, la primera gran prueba.

Clasificaciones

ETAPA. 1. Roberto Ferrari (ITA/Androni), 6h 49 m 5s. 2. F. Chicchi (ITA/OPQ) m.t. 3. T. Vaitkus (LIT/Orica), m.t.

GENERAL. 1. J. Rodríguez (ESP/Katusha), 47h 16m 39s. 2. R. Hesjedal (CAN/Garmin), a 17s. 3. P. Tiralongo (ITA/Astana), a 32s.

4. R. Kreuziger (CHE/Astana) a 52s
5. B. Intxausti (ESP/Movistar) m.t.
6. I. Basso (ITA/Liquigas) a 57s
7. D. Caruso (ITA/Omega Pharma) a 1:02
8. D. Capecchi (ITA/Liquigas) a 1:03
9. R. Uran (COL/Sky) a 1:10
11.M. Scarponi (ITA/Lampre) 1:11
12.D. Pozzovivo (ITA/Colnago) 1:12
13. S. L. Henao (COL/SKY) 1:27
14. D. Cunego (ITA/Lampre) 1:37
15. B. Huzarski (POL/NetApp) 1:48
16. SERGIO PARDILLA (ESP/Movistar) 1:51
17. S. Szmyd (POL/Liquigas-Cannondale) 1:53
18. J. Tschopp (SUI/BMC) 2:02
19. P. Stetina (USA/Garmin) 2:03
20. T. de Gent (ALE/VCD) 2:05

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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