Un partido, una Liga

La superioridad del Barcelona y el Atlético de Madrid en la Liga Asobal es tan abrumadora que han convertido la competición en una eliminatoria de ida y vuelta con decenas de partidos de por medio que ponen a prueba, básicamente, su capacidad de concentración. Hoy deberán dejarse de medias tintas, ya que del encuentro que se disputará en el Palau Blaugrana (20.15, Teledeporte) saldrá, salvo hecatombe, el nuevo campeón de liga.

El Barcelona llega invicto a la cita de hoy: 27 partidos, 27 victorias. El conjunto rojiblanco tan solo ha caído ante los azulgrana, en Vistalegre (23-25) en la primera vuelta del campeonato, por lo que deberá vencer al menos por dos goles, ya que cuenta con la diferencia de tantos a favor (266, por 247 del Barça).

Aventurar cómo puede ser el partido es irracional: “Se han jugado encuentros de todo tipo, con marcadores altos, bajos, con más o menos tensión…”, recuerda Xavi Pascual, técnico azulgrana, quien admite el “punto” de más que tiene afrontar en casa un encuentro tan crucial.

Lo que parece claro es que serán los detalles individuales los que inclinen la balanza para uno u otro bando. De dónde vendrán esos matices no se sabrá hasta el último momento. Ambos entrenadores se reparten piropos llenos de respeto a la hora de hablar de su rival. Línea a línea, confiesan que temen la portería de su contrincante -“la gente habla de Arpad [Sterbik], pero el temporadón que está haciendo, un año más, Jota [Hombrados] es increíble”, concede Pascual; “Saric ganó prácticamente solo los partidos claves de Liga y Champions el año pasado”, replica Dujshabaev-; la defensa –“su 6-0 tan agresivo ya ha quedado demostrado que es una muralla”- o el ataque –“si Julen [Aguinagalde] tiene el día, estás perdido, porque es el mejor pivote del mundo”, sentencia Pascual-, y así parecen descargar de responsabilidad a los suyos, porque, eso sí, ambos coinciden en algo: nadie es favorito La de hoy será la última oportunidad que los azulgrana tengan de ganar un título este año. Eliminados de la Champions –y con la duda de si la inminente desbandada del capitán Laszlo Nagy a Hungría les puede llegar a afectar-, se juegan todo a una carta ante el equipo que ya les ha vencido este año en la final de la Supercopa y de la Copa del Rey. “No quiero hablar de fracaso, porque ni me planteo perder, no puedo hacerlo”, asegura Pascual.

Dujsheabaev, estricto como pocos y obsesionado con no perder un ápice de concentración, insiste a los suyos: “El Barcelona es el rival en el que siempre tienes que mirarte, uno de los mejores equipos del mundo. Es el espejo, la referencia de los últimos 20 años del balonmano mundial. Nunca serás grande si no lo ganas”.