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El Barça pica alto en un cartel de ensueño

El equipo azulgrana, con la mejor defensa, ante el emergente Olympiacos.- El campeón Panathinaikos contra el poderoso CSKA

Robert Álvarez
Xavi Pascual y Erazem Lorbek, por el Barcelona, y Spanoulis y Dusan Ivkovic, por el Olympiakos, posan con la Euroliga
Xavi Pascual y Erazem Lorbek, por el Barcelona, y Spanoulis y Dusan Ivkovic, por el Olympiakos, posan con la EuroligaBULENT KILIC (AFP)

A Andrei Kirilenko le sirvieron en bandeja la posibilidad de definir la grandeza del baloncesto europeo en la multitudinaria puesta de largo de la Final a Cuatro en un lujoso hotel en Estambul, junto al Bósforo. “Los cuatro equipos que están aquí serían competitivos en los playoffs de la NBA”, resolvió el ex jugador ruso de Utah Jazz, que esta temporada ha postergado la Liga estadounidense para comandar la poderosa escuadra del CSKA de Moscú.

Nadie se hubiera atrevido a sugerir la comparación en 1992 cuando, también en Estambul, se coronó, en plena Guerra de los Balcanes, la epopeya del maravilloso Partizán de Belgrado, con jugadores como Djordjevic y Danilovic. Veinte años después, la Euroliga regresa a la populosa ciudad turca con un cartel de ensueño, con cuatro de los cinco equipos que más veces han concurrido en las finales: 11 presencias acumulan en ellas el CSKA y el Panathinakos de Obradovic y Diamantidis, campeón hace un año, que dirimirán la primera semifinal (17.00, Tdp); con 12, el Barcelona ostenta el récord de participaciones, frente a las siete del Olympiacos (20.00), el mismo equipo al que ganó la final de 2010 en París y perdió la de 1997 en Roma.

Los cuatro contendientes y sus cuatro entrenadores saben lo que es ganar esta competición: seis títulos suma el Panathinaikos y ocho su entrenador, Zeljko Obradovic; otros seis el CSKA y uno Jonas Kauzlaukas; dos el Barcelona y uno Xavi Pascual; y uno el Olympiacos y Dusan Ivkovic.

Dos cuartos de lo mismo puede decirse de buen número de jugadores con señas de identidad en la NBA, como son Kirilenko y Krstic, Jasikevicius o Navarro. El capitán del Barça no pudo estar presente en el acto debido a la reaparición de las molestias en la planta del pie que le mantuvieron inactivo hace algunas semanas. Pascual se mostró muy seguro de que jugará contra el Olympiacos. “Lo que no sé es en qué estado se encontrará”, apostilló. Además, Ndong lleva dos días sin entrenarse a causa de un virus intestinal.

Pascual suma su tercera final y aspira a su segundo título. Desde el banquillo, y antes también desde la grada como espectador, dice haber visto a muchos jugadores, a muchas estrellas que se han encogido por la importancia de la cita. Subraya la necesidad de que sus jugadores sean capaces de no extraviarse en una final que califica como “una isla” dentro de la competición. “Cuando llegas a la ciudad, respiras una cosa diferente”, cuenta. “Los jugadores sienten que están viviendo lo máximo, que no saben cuándo lo podrán repetir, que lo tienen que hacer muy bien. Controlar estos aspectos es difícil, pero es muy importante. Es muy fácil en esta competición desorientarse, desenfocar. Es importante centrarse solo en el partido contra el Olympiacos, ocuparte solo de lo que puedes controlar y que las emociones no te empujen a salirte del guion”.

Pascual analiza con verbo rápido una trayectoria, la del Barcelona este curso, que considera sólida. “Son 62 partidos y siete derrotas. Cinco han sido en la Liga Endesa, en la que hemos encajado menos puntos y hemos anotado muchos más que el año pasado. En la Euroliga hemos sufrido una sola derrota, y en la Copa del Rey, otra, en la final, a la que Navarro llegó con molestias y en la que se lesionó Eidson”.

El Barcelona es el equipo que menos puntos ha encajado a lo largo de la última década en la Euroliga, 61,5 de promedio. “Para ganar cualquier partido hay que jugar bien en los dos lados. Ahora bien; sin defensa, no ganas. Es como tener los deberes hechos. No podemos perder nuestra identidad. Atrás hay que estar siempre perfectos”.

El Barcelona pica alto en Estambul. Su camino lo marcan algunos de sus últimos partidos, en los que también brilló en ataque y superó a Caja Laboral y Madrid.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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