“Es un piropo que digan que soy débil en tierra”
El número tres habla de su discrepancia con Nadal sobre el ránking: “No estamos de acuerdo, pero la relación no se ha dañado”
Roger Federer (Basilea, Suiza; 1981) se sienta frente a un ventanal desde el que se otea un riachuelo artificial. Luce una gorra azul. Está perfectamente afeitado. Alejado durante unos minutos de los cortafuegos que rodean a las estrellas, aparece como un hombre cercano, directo y abierto. Mira a los ojos. Gesticula con sus gigantescas manos de tenista. Se ríe con espontaneidad y califica de “diferente” la tierra azul del Masters 1.000 de Madrid, en el que debutará en la gira de arcilla contra el ganador del duelo Nalbandian-Raonic.
Pregunta. Cumplirá 31 años en agosto. ¿Cómo ve el futuro?
Respuesta. Mis metas siempre han sido a largo plazo. Planeo mis temporadas para asegurarme de que curo mi cuerpo, de que me recupero siempre por completo, de que juego sin dolor y de que no juego medio roto demasiado a menudo. ¿Por qué? Porque, cuando haces eso con demasiada frecuencia, te lesionas realmente y eso puede quitarte estúpidamente algunas oportunidades. Me emociona pensar en lo que guarda el futuro para mí.
P. En Madrid ganó en 2009. ¿Cómo digiere que la gente piense que hay bastantes tenistas que juegan mejor que usted sobre tierra cuando los resultados indican que solo Rafael Nadal le supera?
R. Cuando lo pienso, es muy lógico. Gané antes los otros tres grandes. Estuve a la caza de Roland Garros durante muchos años. Así que la gente empezó a pensar que no sería tan bueno en esa superficie. Para cuando gané en París \[2009\], ya lo había hecho cinco veces en Wimbledon y otras cinco en el Abierto de Estados Unidos. Con eso en la cabeza, da la impresión de que soy mucho más débil en tierra. La gente olvida lo tremendamente poderoso que es Rafa en ella. Cuando habla, se olvida de que convivo con él, de que es uno de los mejores jugadores sobre tierra de la historia, de que lo suyo es extremo. Eso ha hecho que la victoria me eluda en muchos torneos. He ganado cuatro veces en Hamburgo [antiguo masters 1.000] y tengo muchas otras grandes victorias sobre tierra. Sé que puedo hacerlo. Oír eso de que esta es mi superficie débil es casi un piropo. Todos los tenistas harían una carrera solo con mis resultados en ella.
¿‘Ránking’ anual o bienal? “Es la primera vez que Nadal y yo no estamos de acuerdo”
P. ¿Todos se cambiarían por usted?
R. Cualquiera cambiaría su carrera por tener la mía solo en tierra.
Pero no se ha dañado la relación. Los dos queremos lo mejor para nuestro deporte”
P. “Es muy fácil decir: ‘No digo nada’. Todo es positivo, quedo como un caballero y que se quemen los demás”, dijo Nadal de usted en el Abierto de Australia de 2012, entre otras razones porque él quiere un ránking bienal y un cambio en el tenis mientras que usted aboga por una clasificación anual y por subrayar el excelente momento de su deporte. ¿Cómo está la situación?
R. No creo que sea nuestro error, pero, desafortunadamente, no hemos tenido mucho tiempo de vernos en los últimos meses. Se suponía que íbamos a reunirnos tras el Abierto de Estados Unidos, pero yo no jugué en Shanghái y él no fue al Masters de París. Solo nos vimos en Londres, en la Copa de Maestros. Australia siempre es una locura porque hay muchas cosas pasando al mismo tiempo. Él no jugó en Dubái y ya no nos pudimos ver hasta Indian Wells. Estamos hablando de un periodo de seis meses en el que, básicamente, nos hemos visto un par de veces en Londres y otro par de veces en Melbourne.
P. ¿Entonces?
R. Queremos que hablar sea algo natural. Eso ha sido difícil por nuestra agenda y la cantidad de cosas que tenemos que hacer. Estoy feliz de que todos estos asuntos políticos sean cosa del pasado. No ha producido ningún daño a nuestra relación. Todo lo que estamos intentando hacer los dos es conseguir lo mejor para nuestro deporte. Esa es la clave. Para mí, con respecto a Rafa, nada ha cambiado. Le sigo respetando de la misma manera que antes. Es la primera vez que estamos en desacuerdo. ¿Cómo se enfrenta uno a eso? Hablando. Y no hemos tenido la oportunidad. Por mi parte todo está bien. Todo está bien de nuevo por mi parte. Lo que dijo en la prensa en Australia no me dolió ni un poquito, honradamente. Creo que fue más desafortunado para él porque tuvo que dar marcha atrás y disculparse. No era necesario que Rafa lo hiciera, que se disculpara. Lo que pasó... pasó. Sabe que él es genial para este deporte y estoy seguro de que volveremos a conseguir que la cosa funcione.
P. Nadal juega con un reloj. Usted, no. Tampoco lleva el anillo de casado.
R. ¡Es que mi esposa es muy relajada! No le importa. Cuando me retire, me lo pondré. Lo que no quiero es estar poniéndomelo y quitándomelo.
P. Cuando se entrena en Dubái o Suiza, le acompaña siempre alguna joven promesa o algún veterano. ¿Cómo cree que es para ellos enfrentarse a la convivencia con una leyenda?
R. A veces invito a gente de la que nunca he oído o visto nada. Cuando pregunto si tienen tiempo, pues... todo el mundo tiene tiempo [sonríe]. Soy muy simpático. Cuando estoy muy ocupado, cuando apenas tengo tiempo para verles más allá de los entrenamientos, no les importa. Lo que quieren es entrenarse conmigo. Tiene que ser una situación ventajosa para ambos. Por eso no lo hago con otro top-10. Puede que yo quiera trabajar en una cosa y él en otra. Es una pérdida de tiempo. Por eso es mejor hacerlo con gente de fuera del top-50. Cualquier cosa que hagan conmigo puede abrirles los ojos. Nunca tuve una mala experiencia.
P. Aprenden del maestro.
R. Básicamente.
P. ¿Por qué prefiere eso a jugar citas menores para preparar la de Madrid, que le supone pasar del cemento a la tierra?
R. Porque es la vida del tenista. Hay que saber adaptarse. Tienes que estar atento a los cambios. No hay razones para el pánico.
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