La Pulga bate el enésimo récord

Corría el minuto 78 de partido cuando Leo Messi marcó, de penalti, el cuarto gol de su equipo y el cuarto en su cuenta particular. Con el partido ya decidido, La Pulga se dirigió parsimoniosamente al banquillo para dedicarle el gol al protagonista absoluto de la velada, Pep Guardiola, que ayer dirigió su último encuentro en el Camp Nou.

Fue una celebración tímida y sentida, a la que se sumó el resto de futbolistas formando piña alrededor de los dos grandes símbolos del barcelonismo. El argentino, que el miércoles superó a Muller como máximo goleador en una temporada con 67 goles, volvió a batir un nuevo récord frente al Espanyol.

Con los cuatro tantos de ayer, Messi suma 50 en la Liga y deja atrás la marca de Dudu Georgescu, que la temporada 1976-1977 anotó 47 goles con el Dinamo de Bucarest, hasta ayer récord en un torneo liguero en Europa. No parece tener límites la voracidad goleadora de Messi, que no entiende de partidos intrascendentes de ni noches emotivas. Él va a lo suyo.

Es la tercera ocasión esta temporada (también lo hizo frente a Arsenal en Champions y Valencia, en Liga) que el argentino anota cuatro goles en un mismo partido. Suma, además, 16 hat-tricks como jugador del Barcelona. El trofeo Pichichi y la Bota de Oro, galardones que la temporada pasada se adjudicó Cristiano Ronaldo, parece que no se le escaparán esta vez.

“Leo es diferente. Me ha ayudado a ser mejor entrenador. Yo solo he intentado ayudarle a que se sienta cómodo”, aseguró después del partido Pep Guardiola, que desveló lo que le dijo Messi durante el largo abrazo tras el cuarto gol: “Me ha dado las gracias por estos años y por tantos momentos”.