La carcoma hunde al Racing

La Real Sociedad desconectó el sábado la máquina que hacía respirar al Racing, un enfermo terminal en el campo y en los despachos, con muchas patologías pero sin médico ni enfermeros capaces de reanimarlo. Un cadáver ya que apenas ha logrado cuatro victorias en lo que va de Liga, que ha tenido tres entrenadores y que cuenta con un exótico dueño desaparecido en un emirato árabe, que sigue en concurso de acreedores, que en 15 de las últimas 20 temporadas registró pérdidas… Un equipo que tras su mejor racha de temporadas consecutivas en Primera (10), donde ha llegado a saborear las mieles de Europa, vuelve a caer a Segunda, donde celebrará su centenario.

No consta una fecha concreta de ingreso del club en esta dinámica en la que se ha visto envuelto la última década; más bien un cúmulo de malas decisiones en una entidad que ha estado gobernada, entre otros, por un multimillonario ucraniano-estadounidense, Dimitry Piterman, un Gobierno regional, y el estridente Alí-Syed, el empresario de origen indio que fanfarroneó con convertir al club en el tercer grande de la Liga y lo dejó tirado a las primeras de cambio. La plantilla, que hasta ahora había tratado de negar la caótica situación sobre el césped, ya se ha rendido públicamente a la evidencia.

A esta situación se ha llegado por una falta de sentido común, el Racing tiene que mirar a largo plazo y se ha pensado que el tema económico no influía", opina Quique Setién

“A esta situación se ha llegado por una falta de sentido común”, considera Quique Setién. El exfutbolista y exentrenador del equipo cántabro lamenta que entre la gente que ha dirigido el club los últimos años imperara “un desconocimiento de cómo funciona. Un equipo como el Racing tiene que pensar a largo plazo y se ha vivido al día, pensando que el tema económico no influía. El Racing lleva sobreviviendo, y ha sobrevivido, muchos años”. Una idea en la que ahonda José Emilio Amavisca, que jugó en el último equipo que descendió, en 2001. “Un mal año deportivo lo tienen muchos equipos, pero un club no puede sobrevivir gastando más de lo que ingresa tantos años”.

La situación institucional es catastrófica. Como han hecho antes o después 22 clubes, se acogió en julio del año pasado al concurso de acreedores. Entonces, el club debía a los jugadores y al resto de acreedores 37,87 millones de euros, una cantidad que los administradores judiciales incrementaron hasta 47,84 millones. La diferencia, básicamente, es la cantidad que adeuda Alí Syed, que llegó a Santander de la mano del Gobierno de Cantabria. "Es más fácil que te toque la primitiva”, comenta el extécnico Manuel Preciado sobre la presencia de Alí y Piterman en menos de 10 años en la misma ciudad. “Pero no son ellos del todo los responsables”, argumenta, sin dar nombres concretos; “quizás en Cantabria no nos hemos volcado con el club lo suficiente”. Más claro se muestra Setién; para él los verdaderos culpables son quienes permitieron la llegada de los dos empresarios: “No les importaba el Racing en absoluto. Por elevación, supongo que Revilla [expresidente de Cantabria] y los que estaban de consejeros. Igual pensaron que era lo mejor, pero tomaron las decisiones con una falta de rigor increíble”. Y Preciado recoge el testigo: “Pensábamos que la llegada de las sociedades anónimas era la panacea, pero en el caso del Racing nos hemos dado cuenta que no, porque ha traído esto”.

El Racing jugará el partido más importante de la temporada una vez haya terminado la Liga, el 19 y 20 de mayo, con la celebración de una Junta de Accionistas que dirimirá el consejo de administración que tutelará al club en Segunda, con gente nueva o con la que ya está. Es decir, Alí Syed, además de la familia Montalvo, antigua propietaria del club y actual accionista. Esa nueva (o no) directiva será el primer fichaje para evitar una travesía en el desierto.

“Para que el Racing cambie radicalmente se tiene que estabilizar a nivel institucional. Que la gente que llegue esté dispuesta a no depender del resultado del domingo siguiente, porque iluminados ya hemos tenido bastantes. Y eso es lo que más dudo, porque generalmente el que llega mejora al anterior”, opina Setién, quien no oculta su deseo de regresar al club verdiblanco, siempre y cuando se den todos los factores a los que hace referencia.

Estabilizado el club, la parte deportiva es la que menos preocupa a la gente de la casa, siempre que se maneje de forma coherente. La semilla de La Albericia [cantera y ciudad deportiva del Racing] sigue viva, como se ha demostrado este último año, sobre todo en el tramo final, en el que Álvaro Cervera ha dado salida a muchos jugadores de la cantera. Sin embargo, la realidad es que antes de dar confianza y estabilidad a Luque, Picón, Jairo o Edu Bedia, entre otros muchos, el club prefirió arriesgarse con cesiones y fichajes de gente de fuera. Así, pese a las rentables cesiones de Giovani dos Santos y Rosenberg el pasado año, por El Sardinero han desfilado jugadores de dudosa productividad como Ponce, Tziolis, Luis García, Nahuelpan, Babacar… “La gestión deportiva tampoco ha sido buena, no solo esta temporada”, lamenta Amavisca; “a la gente de la cantera hay que sacarla mucho antes, siempre se ha esperado a última hora, a ver si había alguna ganga, y una plantilla hay que planificarla mejor. Lo que se ha visto este año es un arma de doble filo. Demuestra que hay chavales que lo pueden hacer bien, pero después de traer a tanta gente de fuera, de gastarse tanto dinero, tampoco es bueno lanzar los canteranos a los leones”.

A los chavales de la cantera hay que convencerles de que su futuro está en Santander. Sin la estabilidad del club, todo lo demás son gigantes con pies de barro", dice Manolo Preciado

“El Racing siempre ha tenido un germen”, añade Setién, que junto a Preciado formó el último tándem con un claro proyecto deportivo basado en la gente de la casa, dinamitado con la llegada de Piterman. “Un equipo como este tiene que pensar en la cantera, con mucho sentido común. Claro que hay una base, hay que ver la gente que ha salido de La Albericia. Y si no la hay, se creará. Hay que creer más en los chavales que en el rendimiento inmediato. Lo importante es no destrozar el manantial”. Y añade Preciado: “A esos chavales hay que convencerles de que su futuro está en Santander. Sin la estabilidad del club, todo lo demás son gigantes con pies de barro”. Un gigante como la carcoma, que ha hundido al Racing.