Messi no llora en público

“Van los capitanes”, se escuchó en el vestuario del Barça a media mañana. Al final, fueron las entrañas del Camp Nou, los cuatro capitanes, Puyol, Xavi, Iniesta y Valdés, y con ellos Piqué, Cesc, Busquets y Pedro. La ausencia de Messi dio que hablar y se preguntó por ella a Pep Guardiola: “¡No, Leo está! ¡Está aquí!”, se rebeló el entrenador. “Está en espíritu”, terció el presidente, Sandro Rosell. Nadie en el club hizo ver a Messi la trascendencia de su ausencia. Así que se improvisó la explicación. “Estaba viniendo, pero llegaba tarde”, se llegó a decir.

La verdad es que a Messi no le dio la gana ir al estadio. Primero, el mal partido contra el Madrid; después, el penalti fallado y la eliminación ante el Chelsea; finalmente, saber que Guardiola deja el equipo..., todo ello le ha tocado la fibra. “Lo ha pasado mal”, dicen en el vestuario.

A primera hora de la tarde, cuando crecía la teoría de que Messi está enemistado con Guardiola, brincó La Pulga en Facebook y trascendió su explicación: “Quiero agradecer de todo corazón a Pep lo mucho que ha dado a mi carrera profesional y personal. Debido a la emotividad que siento, preferí no estar presente en la rueda de prensa de Pep. Quise estar lejos de la prensa sobre todo porque sé que ellos buscarán los rostros de pena de los jugadores y esto es algo que he decidido no demostrar”.

Con 12 años, Messi lloraba a escondidas cuando llegó a Barcelona para no preocupar a su padre. Sigue sin gustarle mostrar sus lágrimas.