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POLÍTICA DEPORTIVA

El fiscal Guariniello pide que el dopaje sea delito

“Sin los instrumentos de la justicia penal, la lucha contra el dopaje está perdida”, comenta el instructor del 'caso Juve' en el Foro AS

El fiscal jefe de Turín, Raffaele Guariniello, durante su intervención en el Foro AS
El fiscal jefe de Turín, Raffaele Guariniello, durante su intervención en el Foro ASRafa Aparicio

Raffaele Guariniello (Italia, 1941) es un declarado seguidor del Juventus y el fiscal jefe de Turín. A finales de los años 90 inició una densa investigación en la que interrogó a cientos de jugadores, técnicos, dirigentes, médicos y expertos con el fin de desmontar una compleja trama de dopaje que había infectado a la Juve en una de sus épocas más gloriosas, aquella en la que alzó tres scudettos y una Liga de Campeones entre 1994 y 1998. Guariniello, riguroso como atestigua el caso Juventus, ha acudido esta mañana al Foro AS para responder a una pregunta: “¿Por qué nos miran mal?”. La pregunta se refiere a las sospechas que en algunos ámbitos levanta el deporte español y Guariniello ha dado algunas claves. La principal: que la justicia deportiva no es suficiente para garantizar por sí sola la limpieza de la competición, de modo que es necesario, en su opinión, un refuerzo de la justicia penal en el ámbito deportivo. “Sin los instrumentos de la justicia penal, la lucha contra el dopaje está perdida”, ha resaltado.

La lucha contra el dopaje no se hace mediante simples tomas y análisis Raffaele Guariniello

Guariniello ha criticado que en muchos países (entre ellos, España) el dopaje no sea delito porque ello impide, a su juicio, la utilización de herramientas más efectivas de investigación, como las escuchas telefónicas, los registros domiciliarios o la incautación de determinados documentos. “Si hay una actuación dolosa, el deportista debe ser perseguido penalmente”, ha defendido. “Y si no es así, la justicia deportiva debe funcionar bien. ¿Pueden los jueces deportivos practicar registros o escuchas, e incautar documentos? No”, ha comentado el fiscal. “La lucha contra el dopaje no se hace mediante simples tomas y análisis”, ha lamentado Guariniello, quien ha puesto un ejemplo: durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006, celebrados en Turín, se realizaron miles de análisis que arrojaron un solo caso positivo. “Bastó una noche de registros policiales para recoger pruebas de aquello que los análisis no habían detectado”.

La falta de herramientas adecuadas no es el único problema que aqueja a la lucha contra el dopaje. El jurista italiano ha puesto el acento en la deficiente colaboración entre las autoridades judiciales y las deportivas, la “vía maestra” para erradicar el tráfico internacional de sustancias dopantes. “La legislación debería ser homogénea. No es así, y las diferencias tienen un efecto devastador”, ha protestado Guariniello. “Las fronteras se han abierto para los criminales, pero siguen cerradas para magistrados y policías, de modo que el apego a la soberanía nacional sigue haciendo de Europa un paraíso criminal. El crimen del dopaje viaja a la velocidad de la luz, mientras que la lucha viaja en diligencia”, ha comentado, antes de proponer una agencia comunitaria para acabar con una situación “frustrante”.

Guariniello ha criticado también el principio de responsabilidad objetiva, que sitúa la carga de probar la inocencia sobre el deportista que ha dado positivo en un análisis, por el menoscabo de la presunción de inocencia que supone, y ha apelado a la colaboración de los medios de comunicación para erradicar la creencia de que los procedimientos internacionales contra el dopaje obedecen a un sentimiento de envidia por los éxitos del deporte español. “Cuando se descubre que el héroe se dopa, el periodista debe ser capaz de registro. Es mucho lo que está en juego: la salud de los deportistas y la de los jóvenes que practican deporte”.

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