Mourinho busca al tercer hombre
El técnico del Madrid quiere jugar contra el Barça con un ‘trivote’, pero recela de Lass
José Mourinho anda en busca del trivote perdido desde el primer día de la primavera. Desde el 21 de marzo, cuando sustituyó a Lass en El Madrigal (1-1) por temor a que se hiciera expulsar, su relación con el mediocentro francés se rompió. Entonces, el técnico comenzó a barajar soluciones para restablecer un módulo táctico que considera parte de su identidad profesional. Ante el clásico de mañana en el Camp Nou, los futbolistas del Madrid observan, y escuchan, que su jefe está intentando encontrar alguien capaz de hacer un trabajo similar al que hacía Lass. Si lo encuentra, el vestuario teme que Özil sea la pieza que salte de la alineación.
Se encuentra Mourinho ante un problema con varias aristas. Le encantan las condiciones de Lass para ejercer las funciones de mediocentro defensivo, pero su relación personal con el futbolista se ha deteriorado hasta el punto de que este no evita manifestarle su hostilidad cada vez que puede. El francés le desafía continuamente. En Múnich, donde estuvo en la grada, y en el vuelo de regreso le criticó ante los jugadores por su planteamiento y, en concreto, por elegir a Coentrão para ser titular ante el Bayern. “En el Chelsea hacía las mismas cosas”, dijo Lass, que conoce a Mourinho desde su época en el club londinense.
Los jugadores creen que el técnico no hará jugar a Lass ante el Barcelona. Primero, porque la decisión iría en menoscabo de su autoridad. Segundo, porque siente que Lass está tan desvinculado de su proyecto y de su mando que es capaz de cometer cualquier imprudencia.
Mourinho busca un compañero para Xabi Alonso y Khedira en otra parte. Su tarea es complicada. Los hombres que ha probado en esa posición, en un esquema de 4-3-3 —vulgarmente, llamado trivote en la plantilla— son Coentrão, Varane, Albiol, Marcelo, Pepe, Granero y Sahin.
La alternativa al 4-3-3 es que juegue Özil, el preferido por la mayoría del vestuario
Granero y Sahin no encajan exactamente en el perfil de mediocentro aguerrido que persigue Mourinho. Según aseguran en el club, tampoco se muestra convencido de sacar a Pepe de la zaga para adelantarlo. Albiol y Varane, a los que probó en las segundas partes de Moscú y Pamplona, respectivamente, no acaban de convencerle del todo. Marcelo es un futbolista demasiado ligero, con un instinto atacante que le aleja del ideal que tiene su jefe del mediocentro tapón. Y Coentrão nunca terminó de adaptarse al puesto, por más que se pasó el verano experimentando como volante en los partidos amistosos, en la vuelta de la Supercopa española y en Liga en La Romareda.
Los futbolistas dicen que Mourinho, por su idiosincrasia, gusta de poner “su sello” y esto muchas veces pasa por alinear a tres centrocampistas físicos, agresivos, gente proclive al roce, en el medio campo. Estando en el Chelsea, no solo fichó a Lass. También contrató a Essien, a Maniche y a Obi Mikel para que acompañasen a Lampard, a Makelele o a Geremi, que ya estaban en el club cuando él llegó procedente del Oporto. Formó un verdadero escuadrón de especialistas a su gusto. Tenía para elegir. Pero en el Madrid no abundan los futbolistas de ese corte.
La alternativa al trivote es el esquema que presentó el Madrid en Múnich, un 4-2-3-1 con Özil operando entre líneas. Si Mourinho no encuentra a su hombre ideal, es probable que insista con Özil. Sería la medida más celebrada por los futbolistas, que ven en el mediapunta alemán una ayuda imprescindible para conservar el balón y moverlo con criterio entre líneas. En el viaje de regreso, algunos jugadores titulares en Alemania cuestionaron la decisión de Mourinho de sustituir a Özil en la segunda parte. Afirman que el equipo, sin él, se vio abocado a encerrarse atrás.
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