Bullock y el caos del Estudiantes

Louis Bullock, fichaje de última hora del Estudiantes para salvar la categoría, ha pedido aplazar 48 horas su presentación, prevista para hoy, tras experimentar “malas sensaciones” durante su primer entrenamiento con el equipo. El jugador, de 35 años, y que ha superado dos reconocimientos médicos, le echó la culpa al cansancio acumulado en el viaje y se entrenará con sus compañeros de nuevo esta tarde. Si en estos dos días el exjugador del Real Madrid y del Banca Cívica no se encuentra bien físicamente, no fichará. De ser así, lo que en un principio iba a ser un remedio para evitar el descenso podría convertirse en un tropiezo más en un club estudiantil perdido tanto en la cancha como fuera.

Siete partidos es muy poco margen para que el club, penúltimo en la Liga Endesa con solo siete victorias y 20 derrotas, vislumbre el camino que lo lleve a la permanencia. La situación dramática que está viviendo el equipo, que lleva 39 años compitiendo en la máxima categoría de forma ininterrumpida, lo ha sumido en una vorágine de decisiones apuradas. Pese a que Bullock es un jugador de calidad y con mucha experiencia en ACB tiene 35 años y lleva desde el 15 de mayo de 2011 sin competir, lo que hace que sea un fichaje de riesgo. Más aún cuando el Estudiantes ya cuenta con dos jugadores en la posición de escolta: los estadounidenses Chris Lofton y Willie Deane, este último con pasaporte búlgaro. Si el fichaje de Bullock se materializa, el equipo colegial se vería con ocho jugadores de perímetro y solo cuatro interiores en una plantilla de 12, cuando las urgencias apuntan a un pívot.

Esta medida es un eslabón más de una cadena que comenzó con la rescisión del contrato de Luis Casimiro. La entidad estudiantil argumentó, entre otras cosas, lo poco que apostaba por la cantera, seña de identidad del club. De esta manera, le pagaron el año de contrato que le quedaba y pudieron fichar a Pepu Hernández, ferviente defensor de la filosofía del Estudiantes. Convencieron a Carlos Jiménez, internacional formado en la cantera, a Rodrigo de la Fuente (también de la casa), mantuvieron al pívot Germán Gabriel y recuperaron a Lofton, que ya había jugado en las filas del Estudiantes en la temporada 2009-10. La plantilla se completó con el fichaje estrella de Antoine Wright, número 15 en el draft de la NBA de 2005 y exjugador de los Nets, Mavericks, Raptors y Kings. Pero empezó la Liga y comenzaron los problemas.

El conjunto es penúltimo con solo siete victorias y 20 derrotas

El inicio de temporada fue nefasto –tan solo cuatro victorias en 13 jornadas-. El equipo llegó a la penúltima posición, de la que no ha podido salir por el momento. El rendimiento de Wright dejaba mucho que desear, tanto dentro de la pista (llegó a registrar la peor valoración en la historia de la ACB: -19), como fuera. Sus faltas graves de disciplina se repitieron hasta que el Estudiantes rompió la relación contractual con el estadounidense después de abrirle un expediente disciplinario. Luis Flores, el flamante fichaje que se efectuó para suplir la baja de Lofton, aquejado de una hernia discal, también salió del club por la puerta de atrás y complicó aún más la situación del equipo.

El Estudiantes, que acaba de salir de la ley concursal, llegó a principios de marzo a un acuerdo con Pepu Hernández para rescindir su contrato. La llegada de Trifón Poch, técnico experimentado en rescatar equipos de las ciénagas del descenso, tampoco surtió efecto. Pese a que Poch consiguió una mejora notable en el juego, solo logró sumar una victoria en los cinco partidos. Los últimos fichajes, de Kirksay y Deane, tampoco fueron suficientes para cambiar el destino colegial. Por lo que Nacho Azofra, director técnico del club, no tuvo más remedio que admitir su parte de responsabilidad y reconocer: “Es más fácil dar asistencias que fichar americanos”.

Ahora parece estar todo en manos de Bullock, el encargado de ganar en siete jornadas los mismos partidos que en toda la temporada. El salvador en el que confía el Estudiantes para celebrar su 40 cumpleaños en la élite del baloncesto español y volver a creer en una cantera olvidada tras el aluvión de fichajes extranjeros.