Ambición por experiencia

Si algo ha caracterizado a Valero Rivera a lo largo de su exitosa carrera es que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones drásticas. Tanto o más como las que ha adoptado el seleccionador de balonmano dejando fuera del Preolímpico que arranca hoy en Alicante a dos de los jugadores que más éxitos han cosechado con la selección: Juanín García, máximo goleador de la historia del equipo (801 goles), e Iker Romero.

“Cuando se gana, hay que mantener todo igual, pero cuando se pierde, hay que mover”. Con perder, se refiere Rivera a quedar cuartos en el Europeo de Serbia del pasado enero; venía España de ser tercera en el Mundial de Suecia de 2011. “No es un castigo, siempre trabajo con 22-23 jugadores y todos tienen opciones”, explica el seleccionador, quien también se ha visto obligado a buscar sustitutos para otros dos pilares del equipo, Alberto Entrerríos y García Parrondo, lesionados.

Aunque España pierde con estos cuatro jugadores experiencia para tres partidos en los que se jugará el pase a Londres 2012, gana ambición con la llegada de Antonio García, Mikel Aguirrezabalaga, Albert Rocas y Valero Rivera Folch, hijo del seleccionador, que está realizando una brillante campaña en el Nantes francés. Un dinamismo al que hay que añadir el paso adelante que darán jugadores a los que hasta ahora no se les exigía quizás tanto, pero que ya en el Europeo mostraron síntomas de liderazgo, como fue el caso de Joan Cañellas: “Con jugadores más jóvenes es normal que algunos tengamos que dar un paso al frente. Pero no es algo que me pese, cuando estás jugando siempre quieres ganar, si tienes que ser tú quien se juegue un lanzamiento, pues adelante. Si no salen bien las cosas, no pasa nada, porque somos 18 en el equipo”, asegura el central del Atlético de Madrid.

La compensación del bloque, estructurado, como todos los equipos de Rivera, a partir de una sólida defensa, es quizás la mayor virtud para compensar la carencia de grandes lanzadores de 10 metros. Algo en lo que sus principales rivales, Serbia y, sobre todo, Polonia, asustan.

La subcampeona del último Europeo será el primer rival de España. “Psicológicamente están muy fuertes”, advierte el seleccionador, quien confía en que el potencial serbio decaiga lejos de su público. Cañoneros como Marko Vujin o Momir Ilic tratarán de perforar la portería local, con la incógnita de la presencia de Arpad Sterbik. Rivera aguardará hasta el último momento para tratar de contar con un jugador que considera poco menos que imprescindible.

Argelia, el sábado, y Polonia, el domingo, son los otros obstáculos que separan a España de Londres, donde defenderían el bronce logrado en Pekín hace cuatro años. De lograrlo, España se convertiría en la selección con más participaciones en unos Juegos Olímpicos, una cita a la que no falta desde Montreal, en 1976. “Más que del equipo, sería un fracaso personal no llegar a Londres, que es para lo que principalmente vine”, admite Valero Rivera: “Ellos han trabajado muy bien estos últimos dos años y medio”.

De lograr el pase a Londres, la incógnita será si el seleccionador se seguirá decantando por la ambición de jugadores que afronten su primera cita olímpica o recurrirá de nuevo a los pesos pesados que han logrado los mayores éxitos internacionales del balonmano español. “Todos pueden estar, pero también todos pueden perder el sitio. Siempre he trabajado así”, remarca el técnico.