Piloto automático en el Barça

Asegura Pep Guardiola que su equipo jugó en Pamplona una de las mejores segundas partes desde que es entrenador del Barcelona. Aunque no le alcanzó para remontar (3-2), el Barça ha encadenado desde entonces cinco victorias en la Liga, siete si se suma la ronda de los octavos de final de la Champions. Además de derrotar al Valencia y el Sporting en el Camp Nou, los azulgrana han solventado favorablemente sus visitas al Atlético, el Racing y el Sevilla, un dato significativo si se tiene en cuenta que hasta la visita a Osasuna habían perdido y ganado prácticamente los mismos puntos en cancha ajena. El doble triunfo contra el Bayer Leverkusen y un saldo goleador de 24 tantos a favor por cinco en contra certifican el buen momento de forma del Barça, dichoso, por otra parte, con la fecundidad de la cantera: los jugadores formados en los equipos inferiores del club han marcado 111 de los 145 tantos, una cifra récord, superior a la del curso pasado: 110 en 152.

La recuperación del equipo en la Liga ha sido paralela a la de Messi y también a la continuidad de futbolistas como Xavi, autor de nueve goles, 13 en total, e Iniesta, que ya totaliza 50 partidos invicto. Los números de Messi son significativos: 51 tantos en 44 partidos oficiales (a dos de su récord personal), 17 en los últimos siete partidos; 150 en la Liga, 231 frente a la marca histórica de César: 235. La productividad del argentino y de Xavi ha ido en aumento en la misma proporción que ha menguado la de Cesc desde que actúa de interior y no de enganche: no marca desde el 8 de enero contra el Espanyol y se ha quedado en 13 tantos, nueve en la Liga, al mismo tiempo que ha aumentado su número de asistencias. Las lesiones de Villa y Pedro, que solo cuenta un gol en el campeonato, tampoco han ayudado a mejorar la ofensiva del Barça, igualmente perjudicado por la discontinuidad del chileno Alexis.

La productividad de Messi y Xavi contrasta con el estancamiento de Cesc y Pedro

El entrenador ha ido recuperando efectivos con el tiempo y en el ensayo de ayer incluso se reincorporó Afellay, lesionado el 21 de septiembre de ligamentos. A falta de Villa, la mayor preocupación ahora es cubrir la ausencia de Abidal, un jugador “insustituible” según el técnico. Muniesa, zaguero del filial, ocupará la plaza del francés en la plantilla. La titularidad, sin embargo, parece ser una cuestión sobre todo de Adriano o del capitán, Puyol, cuando no se defienda con tres zagueros: 3-4-3.

Aunque la línea de medios mezcla muy bien, el Barça tiene a veces problemas en las áreas: concede ocasiones por lapsus de juego y le cuesta cerrar los partidos porque no materializa sus oportunidades. Piqué no está fino y Mascherano no da abasto mientras que los delanteros se encomiendan repetidamente a Messi, un futbolista que disputa todos los partidos, capaz de descansar en la misma cancha a la espera de resolver la contienda con una de sus genialidades, como el sábado en Sevilla. La excelente tarea de los centrocampistas en la elaboración y combinación, cada vez más precisos y rápidos en la ejecución de la jugada, contrasta con errores individuales y de sincronización en el repliegue y la defensa de la propia cancha. Los futbolistas coinciden en que están en camino de encontrar el equilibrio.

Recuperado el nivel exquisito de los volantes, el problema está en las áreas

Guardiola, de todas maneras, da por perdida la Liga a falta de 10 jornadas. Pero el discurso del entrenador no es secundado por los jugadores. “Yo soy de los que piensa que las cosas son siempre posibles y lucharemos hasta el final. La mejor manera de devolver el cariño de la gente es que continúen disfrutando con nuestro juego”, aseguró Alves. “Para ello necesitamos continuar compitiendo con intensidad y concentración”, insistió; “la Liga seguramente nos permitirá llegar bien a la Champions”.

Alves precisó, en cualquier caso, que “el entrenador siempre habla con algún sentido”. Guardiola considera que la diferencia con el Madrid es imposible de superar, aunque no especifica los motivos. Hay detalles, sin embargo, que delatan el malestar del plantel por asuntos que no son propios del juego. Guardiola se quejó el sábado de que la televisión no repitiera el gol anulado a Messi de la misma forma que en el vestuario se lamentan oficiosamente de la diferencia de trato de los colegiados respecto al Madrid. “No se discute el liderato del Madrid, sino la diferencia de puntos”, asegura la mayoría.