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TENIS INDIAN WELLS

Mucho más que un gigante

Isner, de 2,06m de estatura, tumba a Djokovic, entra en el top-10 y espera en la final a Federer

J. J. M.
Isner celebra su victoria contra Djokovic.
Isner celebra su victoria contra Djokovic. MATTHEW STOCKMAN (AFP)

Hay veces que el rival derrotado es quien mejor define a su verdugo. “Es frustrante”, dijo el serbio Novak Djokovic tras caer 7-6, 3-6 y 7-6 en semifinales de Indian Wells contra el estadounidense John Isner; “jugar contra alguien que saca el 70% de sus primeros servicios con ese ángulo, esa velocidad y esa precisión... pero también tuvo el mérito de jugar bien cuando realmente lo necesitaba”.

Tras su derrota, la frustración del número uno se midió en centímetros: con 2,06m de estatura, su rival estadounidense, que buscará el título contra el suizo Roger Federer, tiene en los brazos unas palancas infinitas que le permiten disparar un ace tras otro (20 ayer), cubrir ángulos en posiciones defensivas y lanzar derechas furibundas. Isner, sin embargo, no es solo un gigante. Es un tenista con chicha. Por algo entrará la semana que viene en el top-10. Por algo ganó ayer a Nole. Por algo, en febrero, tumbó a Federer en la Copa Davis. Por algo estiró a Nadal hasta las cinco mangas en la primera ronda de Roland Garros 2011. Por algo ganó en Wimbledon 2010 el duelo más largo de la historia, 70-68 en el quinto set tras tres días de juego contra el francés Mahut. Y por algo una y otra vez se escucha decir lo mismo de él a todos los tenistas: “Se mueve muy bien para su estatura”.

“Mi victoria contra Federer fue muy importante y me ayudó mucho a nivel de confianza”, razonó Isner, que cambió el duelo de ayer cuando impidió que Nole cerrara el primer set con su saque (break con 5-4). “Fue un momento especial. Me provocó una emoción bizarra, que no se siente todos los días”, continuó. “No hay mucha gente que pueda decir que ha batido al número uno. Siento que me merezco estar entre los diez mejores”.

En febrero ya derrotó a Federer, sobre tierra y en Suiza

A Isner, de 26 años, le dio tiempo de cerrar su duelo antes de que llegara la lluvia. El de Federer empezó con retraso. Salvo cambio de última hora en el programa, sin embargo, el aguacero también le debería haber afectado de cara al partido decisivo: ayer Isner debía volver a la pista para jugar la final del dobles junto a Sam Querrey... y contra Nadal y Marc López. Todo un maratón.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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