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28ª JORNADA DE LIGA

El Sevilla, de la bronca a la arenga

Míchel respalda la riña de Del Nido a la plantilla y la utiliza como motivación ante el Barça

Rafael Pineda
Míchel da instrucciones a sus jugadores durante el entrenamiento del Sevilla
Míchel da instrucciones a sus jugadores durante el entrenamiento del SevillaPACO PUENTES

José María del Nido, presidente del Sevilla, ya dio un serio aviso a la plantilla el mismo día que presentó a los jugadores al nuevo entrenador, Míchel. Mientras este observaba con atención, en silencio, acusó a los futbolistas de falta de rendimiento y de haber echado al anterior técnico, Marcelino García Toral.

El dirigente andaluz abroncó a la plantilla, pero tuvo la delicadeza de hacerlo en privado. Cinco partidos después de aquella reprimenda, el Sevilla recibe al Barcelona a cinco puntos de zona europea y a 11 de la tercera plaza, el objetivo con el que arrancó la temporada. De esos cinco encuentros, ganó dos, perdió otros dos y empató uno.

El pasado martes, el mismo Del Nido, preso de cierta desesperación al comprobar que el Sevilla no despega pese al cambio de Marcelino por Míchel y la llegada de tres jugadores en el mercado invernal (Reyes, Cala y Babá), dio un paso más. “Hay un porrón de jugadores que no están rindiendo. Tenemos una plantilla llena de internacionales que juegan bien con sus selecciones y no lo hacen con el Sevilla, que les paga. Mi frustración con el rendimiento de los futbolistas es de matrícula de honor”, afirmó el presidente en público, señalando ya sin tapujos a la plantilla.

Hay un porrón de jugadores que no están rindiendo José María del Nido

Las palabras del presidente han caído como una bomba en el vestuario antes de recibir al equipo de Pep Guardiola. “Nos ha cogido por sorpresa porque nunca antes había salido a decir algo de nosotros”, indicó Perotti. “No podemos especular más, es el momento de los hombres”, añadió el meta Javi Varas, héroe en la primera vuelta (0-0), ahora en el banquillo. “La mala campaña se debe al estado de ánimo de los jugadores”, terció Monchi, director deportivo, ahora en el punto de mira por unos fichajes que no acaban de mostrar su presunto esplendor.

Míchel, acosado por la exigencia del presidente y lidiando con el enfado del vestuario, ha optado por una vía intermedia, conocedor de los enrevesados entresijos de un camerino. Como un bombero ante un fuego que se descontrola, dice una cosa en privado y otra en público.

“No estoy aquí para discutir al presidente y veo bien el tirón de orejas que nos ha dado”, afirma en rueda de prensa mientras que en el vestuario espolea a los suyos con una proclama diferente. “Ante el Barcelona tenéis la oportunidad de quitarle la razón al presidente”, les dijo Míchel a los suyos. Todo vale para derrotar al Barça, partido ante el que se han recuperado todos los tocados: Spahic, Medel, Navas, Kanouté y Negredo.

Harto de analizar el vídeo del encuentro de la pasada temporada, donde el Sevilla logró un meritorio empate a uno ante el luego campeón, Míchel está dispuesto a conseguir el triunfo con una apuesta táctica arriesgada: arrebatarle el balón al Barcelona.

“Si no lo hacemos no tendremos ninguna opción”, señala el técnico, el mismo que da la Liga por ganada al Madrid y piropea a Messi: “Nunca me sorprende, siempre está bien. Solo me sorprendería si viniera embarazado”.

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