Djokovic, de carne y hueso

En semifinales del torneo de Dubái, el serbio Novak Djokovic se inclinó 6-2 y 7-5 ante el británico Andy Murray, que jugará la final contra el suizo Roger Federer, que venció al argentino Juan Martín Del Potro por 7-6 y 7-6. En su segundo torneo del año, fue la primera derrota del número uno en 2012. Su primer borrón al aire libre desde agosto de 2011 (Cincinnati). El anuncio de las himalayescas dificultades a las que se enfrenta con su talento superlativo: obligado por el sistema de puntuación del tenis, Nole debe defender ahora partido a partido y título a título su espectacular arranque del año pasado, cuando llegó invicto, con siete trofeos y 41 triunfos seguidos, hasta las semifinales de Roland Garros (derrota ante Federer). Su ventaja al frente de la clasificación y sobre Rafael Nadal es sideral (2695 puntos), pero desde hoy el Nole de 2012 palidece en la comparación con el Nole de 2011. En Dubái, donde defendía el título, se dejó 320 puntos.

Durante toda la semana, el serbio fue poniendo los pies en la tierra, alejándose de su tenis divino. No fue el tenista infalible desde la línea de fondo que había maniatado a Nadal en la épica final del Abierto de Australia, ni el devorador que acababa con sus contrarios de rosco en rosco. Debió perder, por ejemplo, el segundo set ante su compatriota Tipsarevic, que disparó una doble falta en bola de set a favor. Tuvo, sin embargo, la virtud de gobernar todos los puntos de inflexión de sus duelos, hasta que se topó con Murray. El escocés, que perdió el saque cuando servía por el duelo, disparó un 71% de primeros saques y ganó el 85% de los intercambios disputados en esas circunstancias.

Su victoria dejó una doble reflexión que a buen seguro ocupará la cabeza de los dos contrarios: las últimas cinco veces que Djokovic y Murray se han enfrentado sobre cemento y al mejor de tres mangas, la victoria ha sido para el número cuatro mundial. El serbio, sin embargo, se llevó los dos cruces al mejor de cinco sets, ambos en el Abierto de Australia. Eso refleja para quién era más importante el triunfo: Nole, que llegó a encajar un 7-0, ya solo juega pensando en los grandes.