Chasco blanco en Siena
La victoria del Bilbao en Málaga deja al Madrid fuera de los cuartos de final a pesar de su meritorio triunfo ante el Montepaschi (90-102)
Las carambolas requieren precisión y fortuna, las gestas arrojo y determinación. El Madrid le puso muchas ganas y firmó otra exhibición, pero no le bastó. No le cuadró el algoritmo en Siena y tampoco le ayudó el Unicaja en Málaga. Abocado al sofocón por su mala cabeza, los de Laso vieron cómo el triunfo del Gescrap Bilbao convertía en inútil su trabajada victoria ante el Montepaschi. El conjunto vasco, debutante en la competición, acompañará a los italianos en los cuartos de final, donde no estará el Madrid.
No es de buenos estudiantes dejar los deberes para última hora, pero los blancos se marchan de la competición acreditando un talento propio de los alumnos aventajados y un estilo generoso en tiempos de mezquindad. Penalizados por dos tardes aciagas —ante el propio Siena en el Palacio (69-88) y ante el Bilbao en Miribilla (93-69)— en el Top-16, los de Laso descabalgan de su lucha por alcanzar la Final Four a pesar de haber sido los máximos anotadores de la primera fase de la competición (87,9 puntos de media por partido). Solo el CSKA y el Barcelona mejoran las prestaciones del Madrid en la presente edición, pero estos necesitaban ganar por 23 puntos para no depender del resultado del Bilbao y lo hicieron solo por 12.
Montepaschi, 90 - R. Madrid, 102
Montepaschi Siena: McCalebb (15), Thornton (7), Carrareto (3), Stonerook (4) y Andersen (11) —cinco inicial—; Zisis (2), Rakocevic (11), Lavrinovic (8), Ress (15), Moss (14).
Real Madrid: Llull (5), Suárez (10), Singler (8), Mirotic (14) y Begic (7) —cinco inicial—; Rodríguez (7), Carroll (7), Reyes (17), Tomic (10), Pocius (15), Velickovic (2).
Árbitros: Sasa Pukl (Esln.), Srdan Dozai (Cro.), Robert Lottermoser (Ale.). Eliminaron a Andersen por cinco faltas.
Parciales: 28-26; 25-26; 22-24; 15-26.
Unos 5.000 espectadores en el Palaestra de Siena.
Los blancos saltaron al Palaestra con las mandíbulas apretadas y la mejor disposición, prestos para la hazaña. Pero al tiempo que enseñaban el colmillo en ataque mostraban las costuras en defensa. Llull, Suárez y Mirotic lucían pulso e impulsaban a los blancos, pero, ante un rival de lo más inspirado, los de Laso eran incapaces de ir haciendo hucha de puntos. Sin grilletes para McCalebb y con Andersen y Thornton tomando medidas al aro madridista, el partido se convirtió en un excelso intercambio de golpes.
El Madrid asumió entonces que, antes que en la goleada, debía pensar en ganar aunque fuera por la mínima. Sin resuello por la intensidad del mano a mano, ambos entrenadores comenzaron a mover fichas y rotar a sus hombres. Ambos banquillos se sumaron a la fiesta. Luciendo repertorio, las segundas unidades no solo mantuvieron la energía sino que dispararon la anotación.
Rakocevic tomó el testigo de McCalebb y mejoró sus prestaciones y Ress opositó a protagonista de forma inesperada. 11 puntos del base serbio y 12 más del pívot italiano (con un sorprendente cuatro de cuatro en triples) propiciaron el primer estirón en el marcador a favor del Montepaschi (48-41 min. 15), pero lejos de amilanarse el Madrid redobló la apuesta.
Agarrados a su dominio en el rebote (20 de los blancos por 10 del Siena, al descanso. 20-46, al final), aprovechando el estirón de Tomic y el tino de Pocius y Carroll, los blancos igualaron el duelo en un santiamén (50-50 min. 19). El 53-52 al descanso emplazaba a un festival anotador, sin remilgos tácticos, sin amasar la pelota, rivalizando en puntería y consistencia física. Pero la enésima oda a la canasta del Madrid de Laso no servía a los blancos para clasificarse. Las noticias que llegaban desde Málaga, donde el Bilbao ganaba 36-42 a 10 minutos para el final, tampoco alentaban el milagro. Tocaba remangarse, defender y mantener el acierto por las nubes. Casi todo lo hicieron los blancos. Sin embargo, la pasión y las prisas se mezclaron por el camino. Las pérdidas de balón y la productividad febril de Moss atajaron el primer arreón de los de Laso tras el descanso (56-62 min. 25).
Surgió entonces la inconmensurable figura de Felipe Reyes (el mejor de los suyos con 17 puntos y 14 rebotes para un 30 de valoración) para acompañar a Mirotic. Lo volvieron a intentar con torería los blancos, incluso cuando la misión se antojaba imposible y, guiados por Sergio Rodríguez, alcanzaron por cuarta ocasión en lo que va de Euroliga la frontera de los 100 puntos y firmaron una victoria tan meritoria como estéril. La reciente victoria en la Copa amortigua el enésimo varapalo en Europa. Con un título en el zurrón y una propuesta que cautiva, Laso tiene crédito para prolongar su trabajo. Hay equipo y estilo.
La temporada pasada, los blancos regresaron a la Final Four tras 15 años de ausencia entre la élite del baloncesto europeo. Este año volverán a ver interrumpida una secuencia famélica para el club más laureado del continente —con ocho Copas de Europa— que en los últimos tres lustros solo firma como hazañas lejos de sus fronteras la Recopa de 1997 y la Copa ULEB de 2007. El Madrid se queda fuera del baile por un par de deslices. La exhibición en Siena llegó tarde y se quedó corta. La excelencia no admite traspiés.
Los cruces de cuartos
Los cuartos de final, al mejor de cinco partidos y con ventaja de campo para los primeros de grupo, se disputarán entre el 20 de marzo y el 5 de abril. Los ganadores de las eliminatorias disputarán la Final Four, que se celebrará en Estambul del 11 al 13 de mayo. Los emparejamientos de cuartos de final son los siguientes:
- CSKA Moscú-Gescrap Bilbao
- Montepaschi Siena-Olympiacos
- Panathinaikos-Maccabi
- Barcelona-Unics Kazán
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