Manos de Oro para Di María
El extremo, con cuatro lesiones este curso, no ha visitado ni una vez a los médicos del Madrid por decisión de Mourinho y le trata en Oporto un recuperador de la confianza del técnico
Ángel di María nunca se había perdido tantos partidos por lesión en su carrera. Los cuatro problemas musculares que ha tenido este curso le han dejado fuera de 16 convocatorias en el Madrid. En los dos últimos meses, además, el guion siempre ha sido el mismo: cuando parecía estar recuperado, recaía. En un entrenamiento o en un partido, como le ocurrió contra el Racing hace dos semanas. Pero, pese a esas cuatro lesiones, el extremo argentino no ha recurrido ni una sola vez a los servicios médicos del club.
A Di María le está tratando un recuperador físico portugués, Eduardo Braga. No es ni médico ni fisioterapeuta (en la web del Oporto sale como enfermeiro). Es un especialista que trabaja con hierbas y acupuntura y que en Portugal es conocido como Manos de Oro. Braga, dicen allí, es una de las personas más discretas que trabajan en el fútbol. No se relaciona con la prensa y, además, es uno de los hombres de confianza de José Mourinho y Jorge Mendes, representante de Di María y del técnico. Hay dos personas en Portugal a las que suelen acudir los jugadores representados por Mendes: una es Antonio Gaspar, que cuida de los músculos de los futbolistas del Benfica y de la selección nacional (como Cristiano Ronaldo y Dani), y el otro es Braga, al que siguen acudiendo, por ejemplo, Deco y Anderson. Bosingwa, del Chelsea (del Oporto hasta 2008), también fue a su consulta hace unos pocos meses.
Di María no conocía a Braga. El extremo jugó en el Benfica mientras que el recuperador físico trabaja en el Oporto (además de tener consulta en una clínica de fisioterapia en Miramar). Fue decisión de Mourinho y Mendes, con el consentimiento del presidente, Florentino Pérez, que no fuera examinado por los servicios médicos del Madrid y acudiera, en cambio, a un recuperador físico de confianza.
Braga trabaja con hierbas y acupuntura y no es fisioterapeuta
Braga no viaja a Madrid. Es Di María quien le visita (la última vez, la semana pasada en un avión privado). Los médicos del club no le acompañan cuando viaja a Portugal.
El jugador argentino, al que Mourinho siempre alaba en la sala de prensa —“cuando tiene hueco, es peligroso; cuando lo tiene, posee la capacidad de romper y de buscar el uno contra uno y, además, tiene ese carácter que le hace pensar que todo es posible”, llegó a decir de él—, empezó la temporada sin problemas. Titular indiscutible, goleador (seis tantos entre la Liga y la Champions) y hombre de pases de gol (13), se paró a principios de noviembre. Una rotura en el bíceps le impidió jugar contra el Valencia y el Dinamo de Zagreb. Regresó y resistió hasta mediados de diciembre. A la vuelta de las vacaciones de Navidad, sufrió una rotura en el muslo y se perdió cuatro partidos (Málaga, Granada, Barcelona y Mallorca). Recayó en un entrenamiento por “una microrrotura en el recto del muslo”. Se perdió otros cinco partidos (Athletic, Barça, Zaragoza, Getafe y Levante). Tras casi dos meses parado, Di María regresó el 18 de febrero contra el Racing. Entró en el minuto 61. Marcó un golazo de los suyos, pero se volvió a lesionar. En principio, el club dijo que era una “contusión muscular”. El sábado esa contusión se había transformado en “una lesión muscular en el recto anterior derecho”.
A Mourinho le preguntaron en la última rueda de prensa, el pasado sábado, por Di María: “¿Hay alguna explicación a tantas lesiones o es algo fortuito?”. “Quizás es un biotipo de jugador un poco más susceptible a las lesiones. Es explosivo, rápido, de fibras rápidas. Un jugador de cambios de intensidad muy rápidos, que siempre se está entrenando y jugando a altas velocidades. Es más fácil que se lesione un jugador así que un jugador diésel”, respondió el técnico portugués.
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