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“Fui sometido a una gran presión, pero en la pista no temo nada”

El catalán valora los dos meses que lleva a la NBA en los que ha conseguido encandilar con su juego

El jugador español de los Timberwolves de Minnesota Ricky Rubio controla la bola ante los Jazz de Utah el pasado miércoles, cuando su equipo ganó 100-98.
El jugador español de los Timberwolves de Minnesota Ricky Rubio controla la bola ante los Jazz de Utah el pasado miércoles, cuando su equipo ganó 100-98.CRAIG LASSIG (EFE)

“El futuro es Big”. Esa es la frase literal que remata uno de los vídeos promocionales de la NBA emitido en el marcador gigante del Amway Arena, de Orlando, durante el partido del All Star. El protagonista no es otro que Ricky Rubio (El Masnou, Barcelona; 21 años), el base de los Wolves de Minnesota al que le han bastado dos meses para seducir con su juego chispeante y a la vez efectivo. Durante la cita de las estrellas quedó patente su gancho con los aficionados y el enorme valor de su juego en una competición exigente, pero que enfatiza las virtudes de sus figuras, entre las que Ricky ya ha logrado hacerse un hueco.

Pregunta. ¿Con qué se queda de su primera experiencia en un All Star?

Respuesta. Ha sido un sueño cumplido conocer a Shaquille, al almirante Robinson, a Mullin..., a jugadores que han marcado una época en el baloncesto. Estar junto a Steve Nash... Ha sido bonito e impresionante. Que un jugador como Shaquille pueda conocer a un joven español y que, simplemente, te comente que juegues como sueles hacerlo es muy halagador.

P. ¿Cómo ha sido su adaptación a la NBA tras los dos primeros meses?

A Adelman le gusta que el jugador decida. Te somete a una prueba constante

R. Bastante buena, sobre todo en el juego colectivo. Vamos creciendo y luchando por la victoria en todos los partidos. Son muy pocos los que han conseguido ganarnos por grandes diferencias. Y en casi todos los encuentros perdidos hemos estado ahí, con posibilidades, hasta el final. Mi gran preocupación o mi gran duda era saber si iba a ser capaz de aguantar el ritmo de la NBA, con tantos partidos y tantos desplazamientos. De momento, y toco madera, los estoy asimilando bien.

P. ¿Qué diferencia observa respecto a la competición en Europa?

R. Jugar tantos partidos seguidos tiene una parte positiva y una negativa. Lo malo es que no paras en ningún momento. Lo bueno es que, a diferencia de Europa, si ganas y entras en una racha buena, perfecto: te da inercia. Una derrota, en cambio, no te condiciona tanto. No tienes toda la semana para pensar en ella, sino que ya debes pensar en el siguiente duelo. Eso es positivo.

P. ¿Cómo es su entrenador, Rick Adelman?

R. Dialoga mucho conmigo. Es un técnico muy experimentado y deja mucha libertad al jugador. Nos da liberta para escoger y decidir. Es como si estuviera sometiéndote a una prueba de manera constante. Le gusta que el jugador tome la decisión, que decida cuándo debe tirar. No desea condicionarte.

Mi preocupación era saber si iba a ser capaz de aguantar el ritmo

P. Ha conseguido un estatus de líder del equipo muy rápidamente. ¿Cómo se lo explica?

R. Tuve que ganarme los minutos y el respeto de todos. Lo supe aprovechar. Fui sometido a una gran presión, pero dentro de la pista no temo nada. Cuando sucede eso, si lo superas, sales reforzado. Es cierto que al principio no salía en el quinteto titular, pero estaba contento porque, en cambio, jugaba los minutos decisivos, los finales de los partidos.

P. A mayor responsabilidad, mayor exigencia.

R. Por descontado. Adelman te marca muy de cerca. El otro día, contra Utah, no estuve muy acertado y no jugué los minutos finales.

P. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención entre los jugadores de la NBA?

R. Bueno, también en Europa hay un gran nivel. Sobre todo, si estás en un equipo que juegue la Euroliga. Algunos jugadores, aquí, son muy fuertes físicamente. Por ejemplo, Derrick Rose es una versión más rápida de McCalebb y es muy difícil pararle. Es impresionante también el poderío físico de algunos jugadores interiores, como la pareja de los Clippers, Blake Griffin y DeAndre Jordan. En general, cada equipo cuenta con una pareja de ese tipo, con mucha altura y envergadura, muy atlética.

P. Realmente, ¿ve a su equipo con posibilidades de clasificarse para los playoffs?

R. Es difícil, pero si seguimos haciendo las cosas como hasta ahora podemos luchar para estar en ellos. Somos optimistas. Si logramos ganar un par de partidos más, ya nos situaremos en las posiciones de los playoffs.

P. ¿Se está prodigando más que antes en las acciones espectaculares?

R. En Europa también jugaba con este estilo. Tal vez aquí los compañeros son, en general, más atléticos. También aquí les gusta más destacar este tipo de jugadas vistosas y espectaculares y por eso ponen de relieve mi estilo.

P. ¿Cómo ha logrado mejorar su tiro?

R. Durante el verano trabajé muy fuerte en este aspecto. Me siento más seguro y estoy decidido a tirar, entren o no los lanzamientos. Lo que no pasará, o espero que no pase, es que pierda la confianza en el tiro y en mí mismo.

P. ¿Cómo ha logrado imponerse como líder en el juego del equipo en tan poco tiempo?

R. Ha pasado lo mismo que ya me pasó con el Joventut cuando debuté en la ACB con 14 años. He asumido bastante responsabilidad desde muy joven y he intentado liderar al equipo en este sentido. Para lograr eso, para hacerse respetar, no existe otra manera que dar ejemplo trabajando, esforzándote siempre. Cuando llegué aquí, el vestuario me daba respeto, pero solo eso, respeto. Yo no me corté. Para obtener el respeto de tus compañeros te lo debes ganar antes.

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