Calma chicha en McLaren

Cuando se le pregunta a Martin Whitmarsh, responsable de la escudería McLaren, por la pasada pretemporada, su cara palidece. Hace ahora justo un año, también en Montmeló, Lewis Hamilton y Jenson Button reconocían abiertamente que las estaban pasando canutas cada vez que se subían al MP4-26. Como después diagnosticó el equipo, los ingenieros se pasaron de frenada a la hora de proyectar un diseño de lo más agresivo, de modo que en las últimas dos semanas de parón antes de la primera carrera se vieron obligados a darle la vuelta al coche sin tener ninguna garantía de éxito al llegar a Australia. “Fuimos demasiado atrevidos y el coche se resintió. No era ni competitivo ni fiable”, decía Whitmarsh al abandonar Barcelona después de los últimos entrenamientos. “Ha sido un milagro porque hemos cambiado toda la parte trasera. Casi no nos lo creemos. La mejora es real, no es impostada. Todos estamos alucinando, técnicos y pilotos, porque la desventaja real no era de un segundo si no de uno y medio”, declaraba una voz autorizada que salía del taller de McLaren, ya en Melbourne. La segunda posición que Hamilton logró en aquel gran premio volvió a poner en relieve la cintura que tiene la tropa que trabaja en el Technlogy Centre de Woking, y que es uno de sus principales valores.

La ansiedad y la angustia que el equipo vivió en aquellas las jornadas de interminable trabajo, pruebas y más pruebas sin poder ver la luz al final del túnel, no tienen nada que ver con la calma chicha que impera en el taller en estos momentos. Tanto Hamilton como Button aseguran estar encantados con el comportamiento del nuevo monoplaza, un coche que parece inquietar incluso a Sebastian Vettel, el actual campeón, que ha llegado decir que se ha sentido impresionado por su rendimiento cuando ha podido circular cerca de él. De los equipos que teóricamente deben optar al título, McLaren es, junto a Red Bull, el único que ha realizado simulacros de carrera, un detalle que lleva a pensar que los plazos se están cumpliendo. “El año pasado sufríamos para dar 30 vueltas al día. Ahora hemos llegado a dar hasta 120, y sinceramente no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hicimos”, reconocía Hamilton esta semana. “Nos encontramos mucho más cómodos y seguros de que nuestro estado de forma nos permitirá luchar con los equipos que estén arriba”, añadía el británico, que este 2012 tomará parte en su séptimo Mundial.

Estoy realmente sorprendido de cómo se comporta el monoplaza en las curvas rápidas Lewis Hamilton

Uno de los puntos fuertes de las propuestas que en los últimos años ha presentado Red Bull radica en el fabuloso comportamiento del coche en las curvas de alta velocidad. Hamilton asegura estar impresionado del rendimiento del MP4-27 en ese aspecto. “Estoy realmente sorprendido de cómo se comporta el monoplaza en las curvas rápidas. Creo que la base es mucho mejor que la del año pasado, sobre todo en este tipo de virajes”, recalca el campeón del mundo de 2008, que la semana que viene volverá a rodar en Montmeló, en las últimas cuatro jornadas de ensayos antes de la primera cita del calendario, el próximo 18 de marzo. “Me encanta el último test de pretemporada. Es entonces cuando el coche se optimiza al máximo y cuando puedes comenzar a intuir en qué punto se encontrarás cuando llegues a la primera carrera. Sabes que la próxima vez que te subas al coche ya será en Australia, y eso es siempre muy emocionante”, zanja Hamilton. “Estos días hemos dado un paso adelante porque hemos podido entender mejor el coche, aunque no hemos dado un salto demasiado significativo porque apenas hemos cambiado nada”, argumenta Button, que esta tarde se ha ido de Montmeló con el cuarto mejor registro, ocho décimas más lento que Kamui Kobayashi, que ha sido el más rápido. “Tenemos una actualización importante prevista para Melbourne, y por eso y estoy pensando en las mejoras que recibiremos la semana que viene”, zanja el actual subcampeón del mundo.