_
_
_
_
FÚTBOL | 24ª Jornada de Liga

La reivindicación de los centrales

La entrada de Amorebieta impulsa al Athletic, que firma tres goles en cuatro minutos para desarbolar un Málaga sin pegada (3-0)

Toquero y Mathijsen disputan un balón aéreo.
Toquero y Mathijsen disputan un balón aéreo.MIGUEL TOÑA (EFE)

El fútbol tiene su lógica y sus contradicciones. Probablemente es que se trata de un asunto ingobernable y por eso se puede entender que la entrada de un defensa central pueda ser determinante para ganar un partido que estaba anímica y deportivamente a punto de perderse. Fue la primera vez que Marcelo Bielsa decidió rotar a su equipo y dar descanso a sus puntales (Llorente y Amorebieta). Es de suponer que lo hizo para que su gente se refresque, aunque algunos en la grada llegaron a pensar que era la explicación empírica de por qué juegan siempre los que juegan. Pocos primeros tiempos se recuerdan esta temporada tan planos, tan huecos, tan gélidos (solo se oía a la cincuentena de seguidores malaguistas en San Mamés) del Athletic frente a un Málaga excelente, vibrante, jugando al primer toque, convirtiendo cada ataque o contraataque en una oleada blanquiazul y en una colección de remates tan abundante como inútil. Sin gol, el fútbol puede ser bello, pero se debilita, se convierte en el boceto de un monumento sin construir. Daba gusto ver jugar a Cazorla, a Toulalan, a Rondón aprovechando la inexperiencia de Ekiza, al que sorprendentemente alineó Bielsa tras varios meses en blanco. Pero entre el infortunio e Iraizoz, excelente y ágil, socavaron la moral del Málaga, que quizás se cansó de atacar. O de intentarlo. O de sufrirlo.

ATHLETIC, 3 – MÁLAGA, 0

Athletic: Iraizoz; Iraola, Ekiza (Amorebieta, m. 45), San José, Aurtenetxe; Herrera (Íñigo Pérez, m. 74), Iturraspe, De Marcos; Susaeta (Llorente, m. 45), Toquero y Muniain. No utilizados: Raúl, David López, Gabilondo e Ibai Gomez.

Málaga: Caballero; Sánchez, Weligton, Mathijsen, Monreal; Cazorla, Toulalan (Camacho, m. 67), Recio (Joaquín, m. 64), Seba (Eliseu, m. 64); Isco y Rondón. No utilizados: Kameni, Van NIstelrooy, Maresca y Duda.

Goles: 1-0. M. 58. Amorebieta, tras un saque de esquina. 2-0. M. 60. San José cabecea un saque de esquina. 3-0. M. 62. Toquero, de volea.

Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Iraola, Herrera y Weligton

Unos 34.000 espectadores en San Mamés.

¿Qué hacer? Sin duda se echaba en falta a Llorente en San Mamés. Y salió Llorente tras el descanso, pero salió de la mano con Amorebieta, un central vigoroso, que tenía la misión de frenar el ansia y el poderío de su compañero de selección venezolana, Rondón. Y el revulsivo fue Amorebieta. Llorente frenó a la defensa malaguista, es cierto, pero Amorebieta secó a Rondón al mismo tiempo que elevaba la temperatura de San Mamés al temple primaveral. La Catedral agarró el rosario de Amorebieta y empezó a echar cuentas. Sobre todo cuando el fútbol dio vuelta y el Málaga se acoquinó y cometió su peor error: conceder saques de esquina a su rival. Por mucho que Bielsa profese e inculque el fútbol de toque sabe que el Athletic lleva en sus genes los córners que siguen siendo festejados como medio gol. Y marcó… Amorebieta, tras un rechazo. Y en el siguiente marcó San José, otro central, elevando 20 centímetros su gran musculatura por encima de todos los defensas rivales. Y el éxtasis se apropió de San Mamés cuando un centro de Herrera lo empalmó, de forma bellísima, Toquero, de volea a la escuadra.

Y todo en cuatro minutos, apenas dándole tiempo al exmagnífico Málaga a sacar del centro del campo, perder el balón y volver a sacar del centro del campo. Así también se construye el fútbol, a oleadas, a golpe de remo como si fuera una trainera, en cuanto el equipo de Pellegrini ya solo encontraba la inteligencia habitual de Cazorla y había recibido tres sopapos sin saber en qué lado de la cara se los habían dado.

Fue la reivindicación de los defensas centrales, habitual carne de cañón para los árbitros, coleccionistas de tarjetas y golpeadores del balón que rescataron al Athletic de un túnel sin intermitente alguno. Para Amorebieta fue algo más, tras su error en Moscú que costó la derrota ante el Lokomotiv. Venía tocado y salió fortalecido. El castigo para el Málaga fue excesivo. Su juego, su idea, su estilo merecieron algo más. Pero el fútbol tiene su lógica y sus contradicciones. Y sus defensas centrales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_